Cuatro versos y un acorde al que componer una melodía que dé la cara a la realidad de un público olvidado. Cuatro versos y un e-mail que teme abrir.
Cuatro versos y una rima que cruje al sonido de la apertura del buzón. Cuatro rimas en versos sin métrica y libertad de movimientos. Cuatro voces y el anuncio de una boda. Una invitación de despedida y el adiós de un pulso sin final. Cuatro versos y un funeral de risas del pasado. Cuatro acordes y una canción sin rima. Nunca tocó en los festivales. Nunca cuatro versos entonó en el escenario del castillo. Cuatro suspiros y la emoción de cuatro noches en la esencia de Trujillo.
Cuatro versos y cuatro lotes de mentiras en las alforjas del olvido. Cuatro versos de despedida y la memoria marchita del rencor de los demás en la apostura del despiste de su voz. Cuatro suspiros por las almas de los no recordados. Cuatro calles sin nombres conocidos.
Cuatro desplantes desplantados en la voz de un perdón. Y el cantante no compuso la canción que fama entendió. Exceso de presión de jueces que nunca llamó. Esa circunstancia de los que no comprendió en las rimas que arribó. Otra ilusión decapitada por la sangre que sangró la sinrazón de los oprimidos de un futuro licuado en un porvenir descreído.
Las cruces son sencillas de hacer ante la ofensa inocente. Pero la carga de la paja en el ojo propio no tiene sentido ni autocrítica en la conciencia del arrogante ni del chiquillo mimado. El público no valora la excelencia del artista que se conmueve y comparte sus sentimientos. Sólo la diatriba de la composición merece el pago de la presencia. No importan las descargas del pirata si el pirata reparte su botín en los conciertos de los que creen en la vocación sin más y en su pretensión evocadora.
Cuatro sombras desplazadas con la luz del ocaso. Cuatro semanas de agosto a punto de atisbar el fin. Cuatro pasos sin rostro encaminan sus nombres por la Cuesta de la Sangre. Se encaminan al cadalso de la solemne presencia del autor en busca de aplausos dormidos. Del reconocimiento que impida decapitar su musa atrapada. Acordes de una reconciliación en tierra de conquista. Trastes que no rompan la estampa del castillo y su amor de luna. Cuatro noches sin final, cuatro recuerdos cuelgan de las ramas de la higuera del patio de armas. Cuatro besos en la estampa del escenario de la madruga. Cuatro impulsos en los versos que pretendió rimar. Cuatro gritos de una libertad sin igual. Cuatro pulsos que nunca quiso mitigar en el ocaso romántico de la villa medieval.
Cuatro por cien voces a los que acompañar.
Cuatro por cien voces a los que acompañar.
Agosto de luna en pecho en las fiestas de tu gozo. Farra de noche en la cautiva voz de los que pretenden vivir la vida. Consuelo al que asirse en tiempos de crisis. Fuerza de futuro al poniente por ver. Verdad de sueño y verdades pretendidas. Que la razón de la fiesta sea gozo en el alma. Reconciliadora presencia de la Virgen de pronta venida con la victoria obtenida. Cautiverio de moros y cristianos.
Cuatro pueblos al unísono de la solemne luna en la advocación de la virgen. Trujillo, Huertas de Animas, Huertas de la Magdalena y Belén, unidos su gentío a la festividad de su territorio jurisdiccional y con los pendones del orgullo y la satisfacción compartiendo los cuatro acordes de la fiesta, con el escudo heráldico testigo de los acontecimientos que el pueblo y el visitante tratan de vivir junto a la emoción del artista.
Salven las voces en la plaza de nuestro núcleo sentimental y vital. Salve a la virgen en luz de poniente con la luz de la fe. Pelo erizado en la piel de una raíz engendrada en la tradición de un pueblo de costumbres legendarias y nombrado hasta la saciedad en los confines del mundo.
Como gentiles hombres espero compartir el disfrute de la ausencia en la noche compartida de la festividad de nuestra tierra. Y esta vez, seguro que, disfrutarán de mi ausencia hasta la semana que viene. Estoy seguro de ello. Tomarán fuerzas para la temporada que comienza. Felices fiestas.
Kerouac97@hotmail.com
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