Un simple recuerdo de belleza y poema. Mezcla de arte y pasión, de redoble de admiración y exquisita dominación a través de la carne o el dibujo. Cómic a ras de suelo y belleza de altos vuelos.
Cumplió ayer cincuenta años la infante Mafalda del gran Quino, filosofía real de ironía trazada con el lápiz de la visión de una eterna niña. Certera y directa, ingenua e inteligente en su fraseo de certezas a pie de calle. En la búsqueda continúa del hombre de bien que se interroga en el universo por el que se pierde a cada encuentro cierto de duda. Quino con mirada de niña solventando con ironía las claves cotidianas.
Pero no sólo de risa vive el hombre, el paso de la crisálida a la mariposa del cine europeo cumple también cincuenta años. Pasamos del trazo negro del carbón al trazo carnal de su cuerpo y su pecado. Recordamos a una mujer que reúne todo en ella. La musa de las musas. Mónica Belucci cumple años y despierta pasiones. Poesía, música y cine pueden inspirarse en ella. Mujer de tradición italiana, siguiendo la línea de las predecesoras, las grandes divas del cine italiano: Loren, Cardinale, Vitti etc. Modelo de inicio e imagen de marca actualmente. Plega su palmito en eventos a golpe de talonario para embelesar al pueblo y que olvide la realidad para habitar los sueños con ella. Las dotes de actriz van creciendo y va interviniendo en cada vez más películas. De las pocas modelos que han triunfado en el cine. Y siguiendo la tradición de las mamma del cine italiano cruzó el charco y compartió Europa. Como ellas sigue siendo utopía de mortales y más aún habiendo roto su matrimonio el pasado agosto del 2013 , con un actor francés que no viene al caso. Total se quedó atrapado en su ensoñación.
No es una mala forma de comenzar octubre con el recuerdo de la musa carnal. Ahora que otoño se va revolviendo del letargo como un bello poema en la secuencia de una película con una arrolladora banda sonora.
Seguiremos percutiendo la vida con aniversarios como estos. Noticias que inspiran y esperan venturoso el día porque agracian su nombre, con el oficio de las admiraciones necesarias.
¡Buen gusto muestra, señor Jerry Lee, con la grandeza del humor y la belleza de la mujer! :-)
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