Ir al contenido principal

Mañana de metro en madrid

Mañana de metro en la gran ciudad. Hacinados como caballos percherones. Los sueños por hacer aunque cada estación es un nuevo repaso al tren que perdí. Cuál de ellos se llevó el sueño del tiempo perdido. Me calo el sombrero para que las pocas ideas que me quedan con vida de futuro no se desperdiguen y se las quede otro de los habitantes mutantes de esta urbe que va perdiendo la delicadeza de un trato familiar y se hace cada vez mas esquiva. 

Próxima estación el paraíso de las ensoñaciones. Buena parada para alegrar a toda esta caterva de almas que me acompañan. Y el destierro de las emociones es todo su fin. La supervivencia como única meta. Asemejandonos cada vez más a animales salvajes pero sin su estimulo de respeto por todo el medio que le rodea. Siendo tan solo Atilas modernos de nuestro mundo desgastado. 
Y las caras... Los rostros penetran y el desasosiego que producen es hambre de futuro sin rastro de pasado. No hay una mueca de alivio, todo es una sobrecarga de ruido. 

Las puertas del vagón de metro volvieron a cerrarse. Un nuevo metro perdí, de buena me libré. 

Comentarios

  1. Me mola lo de Atilas modernos, antes sólo había uno y era antiguo... ahora se ven a cientos!!

    Un abrazo!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

“Buen deseo sea otorgado”.

En el silencio de la noche resuenan con alegría los cánticos de mi tierra. Y es ese recuerdo el que hace aflorar el sentimiento de la blanca navidad. Destellos y ráfagas de valores desgastados con el tiempo. Ajados por el desuso y el derrumbe de las buenas intenciones y los actos honestos, humildes consignas de una fe humana resquebrajada en los tiempos de fechas celebradas.  Por ello sana es la intención del buen deseo. Que no sea quimera como fiebre de vil metal. Costumbre cabal y querida la de una ilusión sentida año tras año al privilegio de la amistad sostenida en la vida. Al compromiso vital de hallar la estima y la Salud en carta cabal y en la fortuna dichosa de agradecer y sentir la vida cada día. Porque como la Navidad sea una plegaria constante en el nuevo año que te contempla.  Como diría el Papa Francisco: “No vivamos una fiesta falsa y comercial”. Complicado empeño aunque resuenen los cánticos de Mi Pueblo.  Feliz Navidad. Alma y aullido.   Ja...

Coronavirus día 34 Sara y el virus

Coronavirus. Día 34 “Sara y el virus” Como os dije ayer, un proyecto pretendía de nuestra colaboración. Presto confirmé la prestancia de mi intento. Sobre todo por la amistad que nos une. También como solvencia del Peter Pan que llevó dentro. Y que mi hija sea protagonista de unas aventuras pergueñadas por su padre y legado de la memoria. A la vez que impulsor de ciertos valores.  *el enlace  https://youtu.be/R9Nd0ME1r0Q os lleva al cuento oral. Posiblemente os guste más. Mis próximas colaboraciones en forma de cuentos podrán verse en  https://comunicabienestar.wordpress.com El cuento dice así.  La pequeña Sara en un día lluvioso miro por la ventana. Los cristales reflejaban tristeza. Y el ambiente era oscuro.  Al día siguiente la lluvia dejó las calles. Sara volvió a asomarse a la ventana. Con la cara expresó gestos claros. Un primero de asombro y sorpresa. Otro de duda. Acudió a su padre y le preguntó: Papá, papá. ¿Por qué el día es tris...

Vetado.

Definitivo, no puede ser más claro. Cuando sopesas el hecho y crepitas con un no el oído del receptor, la consigna de enfado y decepción se convierte al instante en un perentorio objetivo sobre tú persona. El desafío es evidente. Pero tanto consentimiento cansa cuando se es presa de un continuo egoísmo que ignora el padecer de la primera persona.  A veces la empatía no debe ser unívoca. Debe constar como una bi dirección de entendimiento. Porque el veto negativo porque si tampoco tiene razón de ser.  15/09/21