Ir al contenido principal

"Mi particular visión. Rock and roll".

La lluvia difuminaba los rastros. El frío cortaba las palabras. Los problemas rompían con estrépito el silencio de su mente. Pero no podía ni debía faltar. El rumor se había hecho poderoso. Y la verdad le cogió por el gaznate con la templanza de un trago de burbon. Sabia que la exposición no seria bien vista.
La desesperación volvió a asirle. Su única preocupación asistir con ella al encuentro del diablo.

Despiadadas fueron las palabras del comandante. Su padre. Piloto en las líneas aéreas. Combatió para los Estados Unidos en la gran guerra. La perjuiciosa y calamitosa guerra mundial. La segunda.

La economía americana en tiempos de bonanza. La estabilidad y la reparación de los daños contribuyeron a su auge. El dolor del combate era agua pasada y la sonrisa de Eisenhouer el rotor de un nuevo espíritu. La mueca de la guerra fría. La sospecha del comunismo y su sombra alargada bajo las sombras de la sociedad capitalista instalada en la medula de su cartel ilustrativo al mundo.

Pero allí se encontraba delante del espejo. Despejando la incógnita y contemplando su porte de joven inquieto. Aunque en el barrio blasfemaban contra él. Haciendo memoria su único delito la música que escuchaba. Y, bueno, también su chica tenía parte importante de culpa. No es que fuera mala chica. Era guapísima. Sus labios carnosos eran algodones de azúcar para el rostro. Su húmedos ojos azabaches el misterio para perderse. Sus delicadas manos el nudo que no quisiera romper. Pero el miedo habitaba en sus silencios. En sus paseos furtivos. No había mas culpa que la sinrazón de su pasión adolescente. Y no existía mas daño que el dolor carnal de su color. Perseguida como todos los suyos por la trampa de una piel. Su imputación el tener una relación con una chica negra. El era culpable de difamar la raza y como un sucio bastardo le trataron.

Los estados sureños no habían dejado de mamar aquella vieja y rancia filosofía. El caldo de cultivo era la incultura permitida en los brazos ancestrales del poder. Como casi siempre.

El que había estado y quizás estaba sometido a la opresión de un padre conservador. Que como el presidente de los USA había servido en el campo de batalla. La disciplina su estrella y la única pose permitida el sacrificio y los buenos hábitos para ser un buen ciudadano admitido por sus vecinos. Lo demás no importaba. Perjuicios de clase.

El ya estaba cansado del encorsetamiento existente. Por eso cuando estaba al borde de un ataque de ansiedad se apostaba en su rincón favorito. En un doble fondo disimulado entre su cama, la pared y un baúl de dimensiones extraordinarias, heredado de su abuelo, guardaba su antídoto contra el mundo.

Era una pequeña colección de discos que satisfacía sus impulsos, que calmaba los defectos.

Aprovechando el silencio de la casa familiar y el conveniente de su estancia solitaria debido a la ausencia diurna de los padres por diversos compromisos sociales y laborales. Se deleitaba con la escucha de alguno de sus discos en el aparato parecido a una caja llamado. ...
 Allí disfrutaba de la compañía en esos primeros tres años de la década de los cincuenta en los que comenzaba a florecer una nueva música.

continuará...
próximo capítulo: "Mi particular visión. Rock and roll. Nacimiento"

Comentarios

Entradas populares de este blog

“Buen deseo sea otorgado”.

En el silencio de la noche resuenan con alegría los cánticos de mi tierra. Y es ese recuerdo el que hace aflorar el sentimiento de la blanca navidad. Destellos y ráfagas de valores desgastados con el tiempo. Ajados por el desuso y el derrumbe de las buenas intenciones y los actos honestos, humildes consignas de una fe humana resquebrajada en los tiempos de fechas celebradas.  Por ello sana es la intención del buen deseo. Que no sea quimera como fiebre de vil metal. Costumbre cabal y querida la de una ilusión sentida año tras año al privilegio de la amistad sostenida en la vida. Al compromiso vital de hallar la estima y la Salud en carta cabal y en la fortuna dichosa de agradecer y sentir la vida cada día. Porque como la Navidad sea una plegaria constante en el nuevo año que te contempla.  Como diría el Papa Francisco: “No vivamos una fiesta falsa y comercial”. Complicado empeño aunque resuenen los cánticos de Mi Pueblo.  Feliz Navidad. Alma y aullido.   Ja...

Vetado.

Definitivo, no puede ser más claro. Cuando sopesas el hecho y crepitas con un no el oído del receptor, la consigna de enfado y decepción se convierte al instante en un perentorio objetivo sobre tú persona. El desafío es evidente. Pero tanto consentimiento cansa cuando se es presa de un continuo egoísmo que ignora el padecer de la primera persona.  A veces la empatía no debe ser unívoca. Debe constar como una bi dirección de entendimiento. Porque el veto negativo porque si tampoco tiene razón de ser.  15/09/21

Coronavirus día 34 Sara y el virus

Coronavirus. Día 34 “Sara y el virus” Como os dije ayer, un proyecto pretendía de nuestra colaboración. Presto confirmé la prestancia de mi intento. Sobre todo por la amistad que nos une. También como solvencia del Peter Pan que llevó dentro. Y que mi hija sea protagonista de unas aventuras pergueñadas por su padre y legado de la memoria. A la vez que impulsor de ciertos valores.  *el enlace  https://youtu.be/R9Nd0ME1r0Q os lleva al cuento oral. Posiblemente os guste más. Mis próximas colaboraciones en forma de cuentos podrán verse en  https://comunicabienestar.wordpress.com El cuento dice así.  La pequeña Sara en un día lluvioso miro por la ventana. Los cristales reflejaban tristeza. Y el ambiente era oscuro.  Al día siguiente la lluvia dejó las calles. Sara volvió a asomarse a la ventana. Con la cara expresó gestos claros. Un primero de asombro y sorpresa. Otro de duda. Acudió a su padre y le preguntó: Papá, papá. ¿Por qué el día es tris...