Ir al contenido principal

"La tertulia de verano"


El momento dulce de un tranquilo momento.

El otro día estuve en el patio de mi casa. Pero ni cantando la canción ni agachandome como indica la melodía de la tierna infancia.

Me reencontré con una tertulia que ni vivía ni rememoraba hace tiempo. Y con que gusto departí. Alborozo de adolescente retornado aunque nunca me he ido de ese estadium tan cautivador para mi sique y mi físico por suerte, al menos creo o así intuyo.

Nos pusimos al día como antaño en nuestro recoleto patio. Hablamos de los amigos. De los idos y olvidados. De los presentes. Hablamos de nuestro pique futbolístico entre los dos mastodontes del imperio. Del desastre económico y de la polis. De la chanza política y de su genética carroñera.

Ya enfangados en materia nos servimos una copa. Yo un whisky consentidor de coca cola y a ti te serví un cognac. Creo que hace doce años de tu último trago. Pero la ocasión lo merecía. Nuestro reencuentro veraniego en el patio del hogar del abuelo. Luego, con todo nuestro cariño lo hicimos más propio si cabe sin olvidar nunca su nombre y su estampa recia y amable. Sobre todo tu, que eras quien más lo disfrutabas. Con la compañía de tu pensamiento, de un puro y de un periódico o de la radio dándote los datos que precisabas. Porque te gustaba ponerte al día. Para departir conmigo o con nuestros amigos. Como el otro día cuando contertuliamos los dos.

Con el sabor de los buenos tragos y tu, además, fumándote un buen puro. Posiblemente diez años sin catarlo. Se nos ocurrió la feliz idea de enfrentarnos. Al albur de la noche y con la insolencia consentida de la afrenta en una estrategia de juego nos comprendimos. La suerte de los dados en la batalla de un parchis, quizás cinco años sin jugarnos las perras los dos. Y esta vez porque faltaban mama y Mar.

Y así pasamos la noche divertida. Te puse al día y tu con cara de poker y sonrisa irónica me volviste a recordar el tema de los nietos. Pronto,pronto dije yo.

En la mañana un canto de gallo me despertó. El espíritu alegre y feliz. De un brinco como cuando niño e iba al huerto del abuelo me desperté. Me apresuré a abrir la puerta del patio. Allí ya no quedaba nada de la jornada nocturna. Tan sólo un cenicero y en él restos de la ceniza de un puro. Nada más. Con irónica sonrisa me dirigí a la cocina. Mar me estaba esperando con el desayuno preparado.

Buenos días grité.

Comentarios

Entradas populares de este blog

“Buen deseo sea otorgado”.

En el silencio de la noche resuenan con alegría los cánticos de mi tierra. Y es ese recuerdo el que hace aflorar el sentimiento de la blanca navidad. Destellos y ráfagas de valores desgastados con el tiempo. Ajados por el desuso y el derrumbe de las buenas intenciones y los actos honestos, humildes consignas de una fe humana resquebrajada en los tiempos de fechas celebradas.  Por ello sana es la intención del buen deseo. Que no sea quimera como fiebre de vil metal. Costumbre cabal y querida la de una ilusión sentida año tras año al privilegio de la amistad sostenida en la vida. Al compromiso vital de hallar la estima y la Salud en carta cabal y en la fortuna dichosa de agradecer y sentir la vida cada día. Porque como la Navidad sea una plegaria constante en el nuevo año que te contempla.  Como diría el Papa Francisco: “No vivamos una fiesta falsa y comercial”. Complicado empeño aunque resuenen los cánticos de Mi Pueblo.  Feliz Navidad. Alma y aullido.   Ja...

¿Y a ti, qué te han “echao” los Reyes?

Artículo publicado el diario digital La Opinión de Trujillo el 14/01/2013 Afrenta de fiebre, discurso de sábana y sudor. Así he estado hoy, con la cuita de la dama y la gripe ahogándose en los efluvios de los minutos transcurridos. Es el frío que llegó y aventó mis huesos. Es el pronombre enfermo de la humedad en las casas vacías. Son los Reyes Magos de mi pueblo que me regalaron la gripe a pesar de braseros y estufas, de calefacciones eléctricas que no calientan nada más que las facturas de los que pagan. Y así, la paja de mi cuerpo se heló en el frío interno que, por fin, me postró en cama un domingo de enero. En esta situación reviví una situación de días pasados. Un viejo amigo me encontré en la tertulia de un café. Javi Jerry Lee, al que conocí allá por el año 87 u 88 y desde entonces acompaña los pasos de mi vida, con mayor o menor intensidad. Pues bien, después del intercambio de saludos y de puesta al día de lo que ya conocimos, se aprestó a criticar plausiblemente cierta...

"Que nos pongan a Loquillo!!" Parte Primera.

!!Qué nos pongan a Loquillo !!", era nuestro grito de guerra. Nuestro lema en tiempos de adolescencia de rebeldes por descubrir. Cada vez que estábamos en un garito y la esencia de la noche se había transmitido a nuestra labia y, para que no decayese el pulso del rock and roll gritábamos la consigna. Era un aliento de vida y esperanza. Una noche eterna de felicidad compartida. Todos juntos al sonido del viejo cadillac solitario. Un himno del que todos nos creímos héroes. Arropados en un abrazo al desamor o a cualquier desventura de jóvenes airados. Canciones que compartíamos vivíamos y aprendimos a crecer con ellas. El otro día sueño de agosto se hizo realidad. El marco como diría el tópico ideal, el castillo de Trujillo. Pero el marco espacio temporal fue más real todavía horas antes. Como cualquier tipo que vive su canción las tareas de la cotidianidad no hay que olvidarlas. Sábado mañanero de bombona y carrito. De compras y aseveración mundana de recados varios. Term...