
“De la textura de un verano sin calor
en la crisis de una obsesión
despertaba en noches de sudor
y el jinete sin cabeza su presión.
En sentencia de noche y fatalidaden la crisis de una obsesión
despertaba en noches de sudor
y el jinete sin cabeza su presión.
los perros aullaron sangre de luna
una sombra corría entre sombras
de una persecución sin disfraz
A cara de perro y carne cruda
los disparos cruzaron el cielo
y el aullido se estampó con el cuerpo
huido de una cruzada tan burda
En noches de calima la sombra
bordea la luna y un lamento
acompaña al ladrido de un perro
en la oscura bruma que estorba”
El tiempo pesa como una losa sobre los nervios del día. Sorprende a pesar de ello la velocidad de sus secuencias. Ya el mes de julio ha llegado sin el devenir de un futuro por ver, en este estrés de rutina y labor. No dejen que la pena sea cuita y los problemas arruguen su piel de verano. Que el acopio de los momentos placenteros sean la virtud de su descanso. Que la misma ansiedad de las horas perdidas no sea excusa para no poder disfrutar de un verano. Despojen los problemas de su ubicuidad diaria. Disfruten en tiempos de crisis de las sencillas formas que nos da el ocioso tiempo estival. Valoren los instantes que nos brinda este tiempo porque la vida es pura agonía y los minutos se disuelven en beneficio de la derrota final. Así que huyan de la monotonía y siéntanse vivos. Aseguren sus afirmaciones y reafirmen sus cuestiones. Desconecten de la lectura diaria y adéntrense en la libertad poética del verano y su color.
No se agobien con la crisis y las noticias del día. Los ecos de sociedad se acomoden en el cajón de la cómoda para la temporada que vendrá. Que a pesar de los tiempos coléricos que habitamos nos sorprendamos de la sencillez de las pequeñas cosas. Que vuele la imaginación. Seamos los amos de una libertad anhelada y cercenada. Disfrutemos de las raíces de nuestros pueblos y degustemos la fresca de la noche en los rellanos de las casas. Recuperemos la compañía de los que no vemos. Hagamos descanso del verbo diario y de las compañías del año. Escapemos de la rutina que nos quiebra la mente y de cansancio nos viste. Aunque sólo sea para contemplar las estrellas desde lo alto del castillo. Habiten los minutos de los gustos que no logramos durante el año. Sean vivos reflejos de un chapuzón de risa y vivan. Sean conscientes de la vuelta y vuelvan con las pilas cargadas. Descansen, coman, corran, amen, sueñen, canten, beban, duerman, naden, lean, etcétera. O como un pequeño súper ratón, “mineralícense y vitamínense”. Porque en esencia su verano debe ser el viaje de Ulises para conocernos un poco más. Una aventura que nos complete y enriquezca. La misma motivación del corredor de fondo con la mirada en los kilómetros y su regusto en la satisfacción del logro conseguido.
No dejen que el verano se les agrie por culpa de una crisis de la que no son culpables. Que afloren las ilusiones venideras. Los problemas descansen también que habrá tiempo para abordarlos. Vivan y dejen vivir como la vieja canción del gran Paul, Sir para más señas. Que su enfado diario sea dominado por la música encantadora del Gran Rastafari. Si pueden viajen, ya sea a través de la mente o desplácense aunque sea unos kilómetros. Les ayudará a volver a ser libres. Pero sean precavidos en su viaje quiero verlos de vuelta. Disfruten de mi ausencia y la de todos los demás. Dedique su tiempo a usted y a lo que le venga en gana. Ya habrá tiempo para agobios. Buen verano 2013. Que los meses de julio y agosto les sean propicios, tanto como ustedes busquen y deseen.
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