
Como una bomba adherida al pulmón de los impulsos vitales, estallando al adentrarme en la triste noticia de una resolución que vulnera la propia justicia de la que marca el Tribunal.
No me vengan con gestos de orgullo patrio y sensiblería de escaparate o foto colgada en el perfil del face. No me vengan con la auténtica desproporción de una variación de tan sensible calado social como son las víctimas. No solo del terrorismo impune del nacionalismo sino el de reyerta de calle y sexual provocación en la apostura indefensa de las pobres ofendidas y su gente más directa. Aunque por ende a toda la sociedad que se ve desprotegida y desamparada en el juego jurídico y fundamental de los derechos.
¿Qué quieren que les diga? Mi opinión es clara y directa desde estas líneas, con la única responsabilidad para el que esto escribe y suscribe: estoy harto de este virus perpetuo. Harto de una justicia de la que cada vez quedan menos arrestos de verdad y lealtad. Harto de políticos que no solo son ladrones sino cómplices de asesinatos y violencia. Políticos mentirosos y cobardes.
El calado del reproche es un grito en el océano del desierto. Nos han vendido a cada uno de nosotros, nos mienten con la caducidad del infinito. Se mofan de la justicia y hacen pactos de Estado con terroristas mal nacidos. Pactan el terror en la boca de la ciudadanía y el reproche es un zumbido molesto que fulminan con cualquier despropósito. No hay cojones para utilizar la palabra democracia en contra de los asesinos. Estos no son los dirigentes que den confianza al pueblo español. Sin perdón para el inocente, el beneplácito de la maldad es premio para los injustos.
La desesperación está subida de tono y los epítetos no se crean a la medida de tanto capullo suelto. No encuentro en el diccionario la frase hecha a semejanza de estos "listos" que se mofan desde su autoridad de la generosidad de un pueblo que creía en el uso de esa palabra desfasada, Democracia, a la que están realizando una operación estética, mientras que a nosotros un lavado mental para no recordar su significado.
Si el presidente iniciador de la transición, a pesar de la ingenuidad de los tiempos en los que comandó la política nacional, recuperase la capacidad mental que el injusto tiempo le ha robado en forma de enfermedad, quizás actuase de una manera más leal y en beneficio del pueblo. Quizás sea la necesidad de creer en cualquier posibilidad, ya que si no quebrarían cualquier intento demócrata y de regeneración.
No vicien la justicia con el pacto vinculante entre los genios del Ppsoe, los nacionalismos y los etarras.
Basta ya a estos desfases de gerentes de lo absurdo. No vicien la justicia con el pacto vinculante entre los genios del Ppsoe, los nacionalismos y los etarras. No puedo estar de acuerdo con este sin sentido. Tan sencillo sería aplicar el sentido común? Por favor, como si fuera un SUPLICO a la justicia, favorezcan la evolución de la ley con la práctica de políticas que impidan que el culpable no quede impune. Que la víctima dentro de su situación, no se vea de nuevo ofendida. Agraviada por lo que la justicia no sabe resolver a sabiendas de una casta política cainista y traidora, siendo doblemente castigada por un único delito.
SUPLICO que los políticos no se miren solo su ancho ombligo lleno de suciedad y falsos estímulos. Que el bien público sea el común objetivo de todos. Que sacien ya la pecaminosa presencia de su avaricia. Que acaben ya con los crímenes de estado que ellos han garantizado. Que no pacten con la voluntad de un pueblo ajeno a los intereses que nos quieren vender.
Haganse fieles merecedores de la confianza de los ciudadanos. No se vendan a la tentación nacionalista y pierdan la realidad para lo que fueron votados. Y no para asesinar los ánimos, los sueños, la justicia, la política, la responsabilidad del Estado Español.
Les dejo ya, estoy tan encendido que no quiero proseguir. No merecen ni mi respeto ni mi voto. Volveré a votar a Neruda, a Boudeleire y al gran Kerouac como en las pasadas elecciones. Al menos, mi conciencia y mi espíritu estará tranquilo y no seré cómplice asesino de los que nos representan.
Queridos lectores disfruten de mi ausencia esta semana en la que mi escepticismo es mayor, al igual que mi evidente cabreo. Intenten disfrutar de mi ausencia pero, me alegraría más que disfrutasen más de la ausencia de estos indocumentados.
Lo dicho hasta la semana que viene: ¡Viva la democracia, aunque les joda!
Kerouac97@hotmail.com
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