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"A cinco minutos". Una apología del deporte.


Artículo publicado en el periódico La Opinión de Trujillo el 22 de Enero de 2014

A Esteban siempre le llamó la atención una frase que decían los de la capital: "a tan sólo cinco minutos". 
Palabras que hacía una semana habían vuelto a sus oídos. Era tan familiar que ya le sonaba a lema o a viejo mantra. El significado no podía tomarse de una manera literal pero las connotaciones hacían referencia a la cercanía del lugar, mezclado con el deje cañí y el garbo chulapón de los vecinos de Madrid, trasmitía un cansino efecto en el visitante. Más rollo sobrado si le añadían al final el verbo "andando".

Esta aseveración a Esteban le hizo reflexionar. Cómo era posible que en el pueblo todo más cercano, no veía a nadie caminar salvo cuando se organizaba como una actividad: vamos de paseo. Casi todo el mundo vestía pereza, sobre todo los jovencitos con el buga recién estrenado. Quizá comprensible. Pero el resto de la banda, aunque fuera desde el atrio de la iglesia hasta la plaza o el resbaladero se trasladaba en coche. Algo realmente llamativo. 

Entendía que en Madrid anduvierán tanto. Incluso achacó la causa, a parte de las grandes distancias, a la facilidad de los servicios públicos de transporte que, en un momento dado y si el cansancio fatigaba las piernas, existía la posibilidad de elegir un método alternativo. Pero no entendía como cada vez más gente mayor tenía más problemas de movilidad. No en número pero si en proporción con respecto a la ciudad. 

Así pues, Esteban decidió por el bien de su salud caminar siempre que pudiese y hacer de esos cinco minutos una referencia en las calles de Trujillo y sus arrabales.

Esta sucinta reflexión de Esteban me lleva a analizar el efecto eclosión que se está dando en la comarca, pudiendonos congratular de un cambio de rutinas. Aunque la costumbre de ir en coche a todos sitios no descienda, pero sí hay una fractura evidente en la sociedad. Reflejo quizás de lo que ocurre en España: una tendencia mayor a compatibilizar la vida con el deporte. Podemos indicar que un mayor número de vecinos en estos últimos años práctica algún tipo de deporte. 
No me refiero a los clásicos como los relacionados con el mundo equino o a los que no considero deporte como tal, ya sea la caza o la pesca pero si como acto de ejercicio. Quizás más relacionado con apariencias y economía, aunque no olvide a los furtivos, pero eso es otra historia y no sea aplicable por tanto al terreno deportivo. 

Me refiero a los deportes clásicos ya sean mayoritarios como el fútbol o el baloncesto. o minoritarios como la gimnasia rítmica y el ciclismo. O incluso otros que han resurgido como el running, a algo que por entonces llamábamos 'footing' o simplemente carreras. 

No cabe duda que este auge en nuestra ciudad es encomio y apremio para la juventud. Alaracas de alegrías y vitoreo de esfuerzos. Recompensa y salud. Es un orgullo y por otro lado, por qué no decirlo, fantástico el cambalache de los tiempos retomando el renacentista brío de mente sana en cuerpo sano. Después de cierta travesía del desierto y un anodino paisaje en cuanto a bagaje deportivo, volvemos a contemplar, independientemente de los éxitos, un espíritu encomiable de práctica saludable por parte de muchos vecinos. 

Con razón iniciativas como la primera San Silvestre trujillana, a la que personalmente me quedé con ganas de participar, quitándome la espinita con la Vallecana, son ilusionantes en cuanto a futuro y participación. Como también las relacionadas con el ciclismo por la Escuela de Trujillo y sus victorias. O los éxitos cosechados por las pequeñas y ágiles gimnastas de rítmica. Al igual que el equipo de fútbol, hacen que todos nos contagiemos y se activen las ganas de participar. 

No debemos olvidar a otros muchos que realizan en el anonimato entrenamientos o los que practican deportes entre amigos con el solo afán de mantenerse saludables y participar con sus compadres en una pachanga como simple motivación y divertimento. 

Con esto, ánimo a todos a seguir ejercitando sus músculos y a los que no, les invito que vayan a ver, posiblemente les pique el gusanillo. Hay para todos los gustos. Que sepan lo que es no sólo estar a cinco minutos sino a dos, con una sonrisa cómplice pensando en nuestro amigo Esteban. 

Esta valoración es producto de muchos beneficios para la psique y el organismo. Saludable desde un punto social y participativo. Aniquilador de energías negativas, motor de vitalidad y optimismo. Ejercicio físico que mejora y mantiene la aptitud, la salud y el bienestar del que lo practica. Son tan beneficiosos para el ser humano que mejora la calidad de vida, fortaleciendo los sistemas muscular y cardiovascular, evitando la obesidad, y mejorando cualidades físicas como la fuerza, la velocidad, la resistencia, la coordinación, la elasticidad.

El ejercicio físico mejora la función mental, la autonomía, la memoria, la rapidez, la "imagen corporal" y la sensación de bienestar, produciendo una estabilidad en la personalidad caracterizada por el optimismo, la euforia y la flexibilidad mental.
La actividad física puede dar una vida más larga y una mejoría en la salud, previniendo las enfermedades del corazón, aumentando la fuerza, la energía, reduciendo la ansiedad, la tensión y el stress, aumentando la capacidad pulmonar y, por supuesto, mejorando la actividad sexual. 
Ante tanta evidencia positiva no me demoro, calzaré mis deportivas ya que me esperan para correr unos kilómetros. Serán eso si, más de cinco minutos, pero como todo en esta vida sin exagerar  y que el efecto boomerang se vuelva en mi contra.
Hasta la semana que viene disfruten de mi ausencia mientras dan un paseo, practican senderismo, corren, juegan al baloncesto o al fútbol, practican gimnasia o bicicleta, nadan, saltan, trepan...





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