Fco.Javier Fresneda Diadosa y su alterego Javi Jerry Lee publicaron dos poemarios "Aullidos de vida y otros lamentos" y "Aullidos diversos en las orillas del tiempo disperso". Pensaron plasmar sus aullidos en este blog para combatir los rigores de este mundo de zozobra. Siendo un intento vano, sencillo y cotidiano de mostrar la vida a través de la visión de un tipo normal que vive su canción y sobrevive en este mundo de jungla y cristal.
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TNT de Navidad
Articulo publicado en el periódico digital La Opinión de Trujillo el 26 de diciembre de 2015
TNT de Navidad
Con el rigor del frío engatusando mis huesos, me enfrento al ritual de la melancolía en trago de ausencia e ilusión.
Reconozco que ya la dicha emocionada de los infantes no es la que puebla los pelos de mi barba. Pero pretendo conservar un regusto navideño en el paladar de mi presente. Brindo pues por los ausentes que conservamos en el mejor de nuestro recuerdo e hicieron de estas fiestas lo entrañable que queremos traspasar.
Reconozco que los años trascienden y determinadas tradiciones se viven de distinta manera pero no hay que olvidar el espíritu eternamente joven que nos regala. Desde luego, ya no pedimos el aguinaldo y nos devuelven un palo largo, o caramelos o monedas para encapricharnos las jornadas venideras.
Que los villancicos tienen otro sabor y que para los aficionados al baloncesto, el torneo Navideño del Real Madrid era parte de estas festividades frías que hacían fueran cálidas con todas estas acciones.
En esencia, la vida debería ser un villancico constante pero ya que no lo es, aprovecharemos pues las buenas acciones, intenciones y deseos del prójimo. Pero que los culpables no pretendan de la emoción aprovecharse mas de lo que pueblan la honestidad del día a día. Porque truhanes de mal fario siempre han existido y su delito culposo es oprobio para el común ignorante.
Los TNT, grupo germinal del rock en Español integrado por tres hermanos.
Por eso, hoy, he decidido acompañar mi pensamiento mientras transcribo estas líneas, de la música de un grupo pionero. Transmitiendo lo que la Navidad debe ser. Con la sencillez y humildad de la apostura, la honestidad del trato y la ingenuidad de aquellos años. Me refiero a los TNT, grupo germinal del rock en Español. Integrado por tres hermanos, cuyas iniciales de sus nombres formaban el acrónimo del grupo.
Después de vagar por Latinoamérica, en 1962 se asentaron en España, de la mano de la compañía Belter. Además de editar éxitos de perfil pop y de rock sencillo, grabaron villancicos que engatusaron a la sociedad de aquella época.
Así pues, nada mas que trasmitir la fuerza de los TNT de una manera honesta e ingenua. Porque los tiempos han adelantado una barbaridad pero los valores se han perdido por el camino. Y la estrella de Oriente no es una pequeña ilusión de esfuerzo y valoración. Sino la ruleta de un gran hermano, un corrupto, una frívola de tanga sucia y sostén de silicona lleno. O 'pequeños Nicolás' que intriguen y sonrían en fotos ajenas. Esa es la España que nos llega con fantasía distorsionada alejada de la pandereta y la botella de anís al son del tamborilero.
Aunque la nochebuena como en el chiste la pasen bien o en familia, disfrútenla con la fuerza de la dinamita y la expresión de un niño. Auténticos en la sinceridad del deseo y el abrazo compartido. Del brindis en mano y del discurso dado.
El brasero colmado de picón y que las noches de invierno sean noches de boda. Embozados por el rigor compartamos la virtud del hombre y que nuestro brazo no sea derrotado por el pulso de la injusticia.
Que los hombres de buena voluntad venzan la trama inoportuna de la serpiente en los ojos de los poderosos. El descrédito sea moneda cambiada y volvamos a tener esperanza. Sólo espero el discurso del Rey que no veré pero mañana intuiré, deje algo de verdad en este fango que nos inunda. Ojalá que haya más que un tirón de orejas a su hermana y todo lo demás sea ejemplo de virtud.
Aquí y ahora, esta noche el "Niño" puede y debe darnos un nuevo impulso para ver la luz. No sólo la de la Estrella sino del futuro de España y de los iluminados que rigen los designios de nuestra patria. Dejemos ya el ostracismo, el silencio y la opacidad. Que su única solución no sea una ley de mordaza y represión, porque será síntoma de miedo y de inexistentes ideas que den con la solución al cambalache de nuestro escenario social y político.
Así pues, disfruten de las viandas. Compartan su tiempo e inunden su tiempo de Navidad, les será recompensado en lo más profundo de su alma. Denle al TNT y armen la marimorena. Feliz Navidad y disfruten de mi ausencia hasta que el tiempo guste.
Apreciado Javi Jerry Lee, aunque ya disfruté de este texto en el momento de su primera publicación, he de confesarte que es un placer volver a leerlo y sentir, además, que, tal y como deseas en sus líneas, los sentimientos navideños se extiendan en el año... sin importar el calor que pueda marcar el termómetro.
En el silencio de la noche resuenan con alegría los cánticos de mi tierra. Y es ese recuerdo el que hace aflorar el sentimiento de la blanca navidad. Destellos y ráfagas de valores desgastados con el tiempo. Ajados por el desuso y el derrumbe de las buenas intenciones y los actos honestos, humildes consignas de una fe humana resquebrajada en los tiempos de fechas celebradas. Por ello sana es la intención del buen deseo. Que no sea quimera como fiebre de vil metal. Costumbre cabal y querida la de una ilusión sentida año tras año al privilegio de la amistad sostenida en la vida. Al compromiso vital de hallar la estima y la Salud en carta cabal y en la fortuna dichosa de agradecer y sentir la vida cada día. Porque como la Navidad sea una plegaria constante en el nuevo año que te contempla. Como diría el Papa Francisco: “No vivamos una fiesta falsa y comercial”. Complicado empeño aunque resuenen los cánticos de Mi Pueblo. Feliz Navidad. Alma y aullido. Ja...
Artículo publicado el diario digital La Opinión de Trujillo el 14/01/2013 Afrenta de fiebre, discurso de sábana y sudor. Así he estado hoy, con la cuita de la dama y la gripe ahogándose en los efluvios de los minutos transcurridos. Es el frío que llegó y aventó mis huesos. Es el pronombre enfermo de la humedad en las casas vacías. Son los Reyes Magos de mi pueblo que me regalaron la gripe a pesar de braseros y estufas, de calefacciones eléctricas que no calientan nada más que las facturas de los que pagan. Y así, la paja de mi cuerpo se heló en el frío interno que, por fin, me postró en cama un domingo de enero. En esta situación reviví una situación de días pasados. Un viejo amigo me encontré en la tertulia de un café. Javi Jerry Lee, al que conocí allá por el año 87 u 88 y desde entonces acompaña los pasos de mi vida, con mayor o menor intensidad. Pues bien, después del intercambio de saludos y de puesta al día de lo que ya conocimos, se aprestó a criticar plausiblemente cierta...
!!Qué nos pongan a Loquillo !!", era nuestro grito de guerra. Nuestro lema en tiempos de adolescencia de rebeldes por descubrir. Cada vez que estábamos en un garito y la esencia de la noche se había transmitido a nuestra labia y, para que no decayese el pulso del rock and roll gritábamos la consigna. Era un aliento de vida y esperanza. Una noche eterna de felicidad compartida. Todos juntos al sonido del viejo cadillac solitario. Un himno del que todos nos creímos héroes. Arropados en un abrazo al desamor o a cualquier desventura de jóvenes airados. Canciones que compartíamos vivíamos y aprendimos a crecer con ellas. El otro día sueño de agosto se hizo realidad. El marco como diría el tópico ideal, el castillo de Trujillo. Pero el marco espacio temporal fue más real todavía horas antes. Como cualquier tipo que vive su canción las tareas de la cotidianidad no hay que olvidarlas. Sábado mañanero de bombona y carrito. De compras y aseveración mundana de recados varios. Term...
Apreciado Javi Jerry Lee, aunque ya disfruté de este texto en el momento de su primera publicación, he de confesarte que es un placer volver a leerlo y sentir, además, que, tal y como deseas en sus líneas, los sentimientos navideños se extiendan en el año... sin importar el calor que pueda marcar el termómetro.
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