Coronavirus 11
Soy un hombre de pecados ciertos, de culpas en la espalda, propias y ajenas, de silencios rotos y de ilusiones improbables. Soy humano con voz sencilla y trato amable aunque esquivo por la naturaleza de mis semejantes. Quizás trazos de timidez en mis solapas o exceso de educación mal entendida por no saber decir NO. Espero la noticia de la aurora y recuerdo los destellos del anochecer. Ojalá estas vivencias nos vuelvan a retornar a esos adolescentes impúberes que guardaban los valores ahora perdidos.
Soy un hombre de pecados ciertos, de culpas en la espalda, propias y ajenas, de silencios rotos y de ilusiones improbables. Soy humano con voz sencilla y trato amable aunque esquivo por la naturaleza de mis semejantes. Quizás trazos de timidez en mis solapas o exceso de educación mal entendida por no saber decir NO. Espero la noticia de la aurora y recuerdo los destellos del anochecer. Ojalá estas vivencias nos vuelvan a retornar a esos adolescentes impúberes que guardaban los valores ahora perdidos.
Me congratulo al notar rayos de esperanza, en la acción conjunta de gobierno, comunidad de Madrid y Ayuntamiento de Madrid en la realización del hospital de campaña en el Recinto ferial de Ifema en menos de 48 horas. Dando el ejemplo que solicite en artículos pasados. Trabajando unidos venceremos. Me congratulo de ver cómo dirigentes políticos escorados hacia la economía van cambiando su balanza hacia la salud. Y a pesar de haber tomado medidas de precaución, más tarde que otros, se van dando cuenta del cariz de los acontecimientos. Los hermanos Johnson y Trump, viran sus planteamientos y se acercan a lo público, aunque sea temporal. Son rayos de esperanza. Sin duda. Una pandemia mundial que demuestra que la insolencia del hombre es atrevida y que, ningún país está preparado ante tanta desmesura. Lo desconocido es una pregunta que la ciencia ataja, muchas veces con la solución del ensayo y el error. Siendo el tiempo de vital importancia y, la colaboración ciudadana imprescindible.
Hoy participó en la necesaria suspensión de mi trabajo, en un ERTE que, mitigue las consecuencias de la ausencia. Incrementando la bolsa de desempleados que serán el próximo quebrar de cabeza de la nación. Esperemos un repunte rápido cuando esto termine y que, no haya pícaro avaro que aproveche circunstancia. Como aprovecharon en el sector servicios, creando la figura del outsourcing para desprestigiar si cabe más, una profesión como la de camarera de pisos. Borrando su categoría y convertirla en una auxiliar de limpieza con la merma del cincuenta por ciento mínimo de su salario y el aumento de la carga laboral. Es así como algunos demostraron su talla humana. Espero que este país, demuestre un cambio de valores y un reconocimiento a trabajos menospreciados a consecuencia de la anterior Crisis.
Pero hoy, sigo apuntando rayos de esperanza. Un enfermo dado de alta en el hospital improvisado en Ifema en menos de 48 horas despedido entre aplausos; una mujer de 95 sale vencedora del combate; cada vez más altas. Quiero aferrarme a la ilusión y a la diversidad. Porque todos tenemos que salvarnos.
Acaba el día y mañana tengo ya ocupado con diversas actividades. No puedo aburrirme en casa, la verdad, Sara no nos deja, es una suerte. Otro rayo de esperanza.
Nuestro aullido poderoso debe resistir unidos. Y TÚ te vas a curar.
Día 11 23 de marzo de 2020
Si consideran este artículo de su interés no duden en compartirlo.
Esperanza, hermosa palabra que en su texto se vuelve aún más bonita.
ResponderEliminar¡Gracias, señor Jerry Lee!