Coronavirus 21
Hay estadísticas que no se pueden cambiar. Aunque no hay verdad absoluta la certeza es la que es. Mi amigo Juan Ramón ya está en casa. Próximo objetivo cumplir lo que le escribí en la carta durante su cautiverio y lucha. Otro amigo, Pepe, cumple cuarentena en casa de sus padres, solo. María le espera en casa sana. Sus padres contagiados y su hermana, neumóloga, contagiados. Todos en vías de recuperación. España parece ser, la que más altas hospitalarias del mundo va dando. Es un rayo de esperanza. Que los agoreros no enturbien esta buena Ventura. Son motivos para seguir creyendo en la victoria.
Victorias particulares como la que tuve que librar en la mañana, el cuarto de baño escenario de la contienda. Salvando las distancias obviamente e introduciendo una pequeña nota de humor. Como muchos de los lectores en este cautiverio, hay fases que tenemos que experimentar. A mi me tocó el padecer cierto estreñimiento. Después de una lucha sin cuartel. Con la realización y puesta en marcha de la batería de medidas decretadas por mi ministro de interior y ministra de sanidad. A saber: agua, cuchara de aceite, nueces, kiwi y naranja. Intentar pasear en la medida de lo posible. Todos estos remedios naturales a los que añadir mucho esfuerzo. Yo añadí cierto énfasis para maximizar las posibilidades de éxito, que pareciera lo más mediático posible. Como las cadenas de televisión que entretienen con chismes y rollos psicológicos y sociales, amarilleando hasta lo importante. Por supuesto, otra de las medidas a seguir, reclusión en el cuarto de baño por un lógico espacio temporal de precaución. Os podría decir el tiempo pero, mentiría. Podría ser media,una hora. Que se yo. Lo importante en esa cuarentena era vencer. Porque la noción del tiempo estaba perdida y en esa deriva la impresión era errónea. Por Dios que, lo logré. Objetivo capital para que no derivase en algo peor. Por fin, logré expulsar al bicho. Las secuelas espero no sean muy dañinas. Estaré en observación. A ver cómo evoluciono.
Después fui remontando y bajando la curva de mi estado, hasta conseguir la normalidad durante el día. Excepto por otra causa que, aún no hemos logrado vencer, la tramitación de los Ertes. Pero ya les contaré otro día. Después de tanta intensidad necesito descansar. Tengo varias citas y batallas pendientes en el día de hoy. Pero no les quiero cansar. Descansen y prepárense, a las ocho tenemos que aullar unidos, es justo agradecimiento para con quien ya ustedes saben. La Sanidad pública y todos los derivados a los que agradecemos poder seguir resistiendo.
Como bien saben, sigan bien. Saben que el poderoso aullido unido será escuchado.
Día 21 02 de abril de 2020
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Kerouac97@hotmail.com
Naturalmente que hay que seguir creyendo en la victoria, señor Jerry Lee. ¡Gracias por recordárnoslo a diario!
ResponderEliminarMejórese y cuídese, que esperamos sus aullidos de esperanza cada día.