Ir al contenido principal

Coronavirus día 40 de funeral

Coronavirus día 40


De funeral 

La mañana se abría como siempre temprana. Con extraña liturgia contemplaba la apertura. Ducha reparadora de los sueños no consumados.  Rápido paseo con Donna. Ataviado para la ocasión. 


Con los guantes, jabón y mascarilla me dispuse a dar mi último adiós. El taxi aguardaba. La sensación de entrar en el vehículo, totalmente limpio, con una mampara de papel plástico transparente como si fuera un film que en cualquier momento nos podría envolver. Contemplar las calles de Madrid semidesiertas y con un color especial. Recorrer la calle de su domicilio, pasar por El Barrio donde vive mi madre, ir por donde viviste de niño y de adolescente. Un cúmulo de recuerdos agolpados. Transformación de los locales de ayer y cierre completo de muchos negocios. En este caminar de viso sentimental pulule por las anécdotas que pudieron pasar. Cierta desorientación el viaje me causó. 

No nos damos cuenta de nuestras capacidades hasta que la adversidad crece o aparece. Estos días de confinamiento quizás nos estén enseñando algo que no sabíamos de nosotros mismos. La fortaleza y el crecimiento personal. 

Quise en este trance hacer algo digna su despedida. Abandone la opinión para adoptar un criterio. Anteriormente indiqué que el día señalado, dispusieran de una corona con una banda en la que indicase “Tu familia te quiere y no te olvida” para dar cabida a todos los familiares vivos que les hubiera gustado. Utilizando un lenguaje inclusivo tan de moda hoy en día, para no dejar a nadie en la generalidad de genero. Tanto familia de sangre como política (hermanas, sobrinas, sobrinos, cuñadas y cuñados). Compre un centro y asentí un responso. Pero la frialdad era evidente. El cura diciendo la homilía en la parte de atrás del coche funerario. Con su portada abierta y el féretro sobresaliendo. Con la presencia del conductor y la mia. Era necesario pasar el mal trago de esta situación tan anómala. Intente normalizar la situación, a pesar de La Corona dejarla apoyada en una pared y el centro en la poyata . Dureza es la lija sobre la mente del soterramiento de una despedida. Mientras esto se producía. Una familia de tres miembros en la otra parte de la vía observaba. Mi incomprensión y dolor iba en aumento por lo que veía. En cierta manera nuestras miradas se cruzaron, sostenidas en un pésame común. Sostener en el abrazo invisible el afligido cuerpo del anciano. Una pareja con el padre de uno de ellos para decir adiós a su mujer. Solo con ver al pobre hombre deseabas la necesidad de acabar con esta pesadilla. Y que muchas familias no tengan que pasar por este desconsuelo. 
Así solo ante el peligro, la desazón es mayor porque no hay un abrazo amigo ni una frase que por manida desvíe la atención. Próximamente queda otro mal trago, recoger las cenizas. No fui capaz con mi padre de hacerlo. La disposición de mis amigos Juan Miguel y Rosa,  ofreciéndose a evitarme una odiosa odisea en el viaje a por la urna funeraria. La cremación del cuerpo se iba a efectuar, allí solo me quedé. Dándome unos segundos para despedirme del féretro. Para pasar al siguiente finado. Se llevaron la caja e impávido me mostré a causa de la sorpresa de la escena y la ignorancia de toda esta situación. Allí plantado permanecí un tiempo sin saber que hacer. Hasta que se acercaron los siguientes dolientes y el coche funebre de blanco inmaculado, ante la virginal experiencia. 

Una vez en casa me acosté. Esta mañana cuando llegue parecía que flotaba. No daba crédito a todo lo vivido por mi. Más si lo comparaba con la cremación de mi padre. Tarde en dormir pero el cansancio de los días pudo más. Ahora solo queda vivir. Por todos los que se fueron y por nosotros. Porque tenemos muchas cosas por hacer y las enseñanzas llevarlas a la práctica para hacer de nuestro mundo algo mejor. Y de las personas esperar más humanidad en una sociedad tendente a ser más comprensiva. 

El aullido con la voluntad de la fe en un nuevo amanecer traspasará la derrota.  


Día 40 22 de abril de 2020 

Comentarios

  1. Valla cuanto lo siento¡¡ son muy malos momentos¡¡ y peor que no te puedas despedir como uno quiera¡¡¡ mucho ánimo...un bs

    ResponderEliminar
  2. Ánimo, señor Jerry Lee, en estos momentos tan duros y gracias por ser un ejemplo de entereza y valor.
    ¡Cuídese mucho!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

“Buen deseo sea otorgado”.

En el silencio de la noche resuenan con alegría los cánticos de mi tierra. Y es ese recuerdo el que hace aflorar el sentimiento de la blanca navidad. Destellos y ráfagas de valores desgastados con el tiempo. Ajados por el desuso y el derrumbe de las buenas intenciones y los actos honestos, humildes consignas de una fe humana resquebrajada en los tiempos de fechas celebradas.  Por ello sana es la intención del buen deseo. Que no sea quimera como fiebre de vil metal. Costumbre cabal y querida la de una ilusión sentida año tras año al privilegio de la amistad sostenida en la vida. Al compromiso vital de hallar la estima y la Salud en carta cabal y en la fortuna dichosa de agradecer y sentir la vida cada día. Porque como la Navidad sea una plegaria constante en el nuevo año que te contempla.  Como diría el Papa Francisco: “No vivamos una fiesta falsa y comercial”. Complicado empeño aunque resuenen los cánticos de Mi Pueblo.  Feliz Navidad. Alma y aullido.   Ja...

¿Y a ti, qué te han “echao” los Reyes?

Artículo publicado el diario digital La Opinión de Trujillo el 14/01/2013 Afrenta de fiebre, discurso de sábana y sudor. Así he estado hoy, con la cuita de la dama y la gripe ahogándose en los efluvios de los minutos transcurridos. Es el frío que llegó y aventó mis huesos. Es el pronombre enfermo de la humedad en las casas vacías. Son los Reyes Magos de mi pueblo que me regalaron la gripe a pesar de braseros y estufas, de calefacciones eléctricas que no calientan nada más que las facturas de los que pagan. Y así, la paja de mi cuerpo se heló en el frío interno que, por fin, me postró en cama un domingo de enero. En esta situación reviví una situación de días pasados. Un viejo amigo me encontré en la tertulia de un café. Javi Jerry Lee, al que conocí allá por el año 87 u 88 y desde entonces acompaña los pasos de mi vida, con mayor o menor intensidad. Pues bien, después del intercambio de saludos y de puesta al día de lo que ya conocimos, se aprestó a criticar plausiblemente cierta...

"Que nos pongan a Loquillo!!" Parte Primera.

!!Qué nos pongan a Loquillo !!", era nuestro grito de guerra. Nuestro lema en tiempos de adolescencia de rebeldes por descubrir. Cada vez que estábamos en un garito y la esencia de la noche se había transmitido a nuestra labia y, para que no decayese el pulso del rock and roll gritábamos la consigna. Era un aliento de vida y esperanza. Una noche eterna de felicidad compartida. Todos juntos al sonido del viejo cadillac solitario. Un himno del que todos nos creímos héroes. Arropados en un abrazo al desamor o a cualquier desventura de jóvenes airados. Canciones que compartíamos vivíamos y aprendimos a crecer con ellas. El otro día sueño de agosto se hizo realidad. El marco como diría el tópico ideal, el castillo de Trujillo. Pero el marco espacio temporal fue más real todavía horas antes. Como cualquier tipo que vive su canción las tareas de la cotidianidad no hay que olvidarlas. Sábado mañanero de bombona y carrito. De compras y aseveración mundana de recados varios. Term...