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Coronavirus día 44 de refranes

Coronavirus día 44



De refranes 

Es rico enseñante nuestro refranero. Quien sin dar ofrece, nunca empobrece o entre salud y dinero, salud quiero. Ejemplos de realidades presentes. 

Ya dijeron que nuestra opinión debe versar en exclusiva de política, cerramos paso a la libertad de expresión o más bien a la libertad de pensamiento. Para que luego hablemos de censura. Debemos centrarnos en esta lisonja y encantamiento de procurar cuidado y descrédito a posibles dictaduras. Aunque son claros los errores de bulto e infantiles ante una desproporcionada situación. No recuerdo habérsela puesto tan en bandeja al menos, desde que se las pusieron al mismísimo cazador Franco, eso si, a la hora de la caza mayor. Aunque creo pescando era similar su técnica. Con esto no vayan a sulfurarse.  Es lo que siempre pasa, el que tiene más medios y vasallos pues obtiene mejor vida. Hace unos días vi a un señor quejándose por cómo vivían el confinamiento. El, hasta pasaba hambre y se agobiaba en sus treinta metros cuadrados. Evidentemente tiene mucho más mérito vencer el encierro así que tipos como yo. Aunque no sea millonario tengo más comodidades que este pobre sujeto. Tanto más vale el hombre como tanto vale su nombre, venía a decir un refrán español acertadamente, por desgracia. 

Afición, ciega a la razón, está siendo muy propio de esta época. No vale cegarse tanto por los señores de la bancada. Prefiero cegarme por otros menesteres y que mi nubla razón no pierda las buenas costumbres de la educación y el entendimiento cordial. Por eso, será bueno para nuestros infantes el paseo diario. Como con el refranero, los paseos gozan de una raigambre en el poso costumbrista del español. A veces pueda parecer alejado la modernidad pero, ahora muy demandado y valorado. Como placer sencillo de los que la ciudadanía comienza a apreciar. Claro está, hay que saberlo gestionar. Aunque si alguien poco solidario y responsable para con los demás, tendrá fácil coartada en culpar a los que mandaron esta medida sin ninguna organización. 

Valorando no sólo la medida física sino la olla a presión que los efectos del impedimento podrían darse. Creo esta nueva situación alivia y da esperanza. Ya dispuse de nuestro paseo hasta mañana. Mi hija en un principio confusa ante la nueva situación. Cierta tensión ante el encuentro desconocido. Bajamos a una hora prudente y la mayor parte de las personas que vi, estaban a la altura de la situación. Aunque muchos fueron al parque pero la policía disipó sus ganas de césped. Iremos adaptándonos con la certeza de que no hay carnaval sin cuaresma. Sara que rara vez nos coge la mano en los paseos de antaño, esta vez no se separó. Hay algo más de sentido común en los niños que en nosotros, los mayores. Es otra de las enseñanzas de este confinamiento. 

Así pues, a pesar de que buenas palabras no hacen buen caldo, recuerda que el mundo promete y no da, y si algo te da, te costará. Por eso cada cosa que ves tiene su derecho y su revés. Veremos los paseos en que se quedan o trasforman. Aunque de momento no podremos decir aquello de mañana de niebla, tarde de paseo. 

Haz el bien y no mires a quien con este aullido poderoso que sigue unido me dijeron. Eso espero. 


Día 44. 26 de abril de 2020 





Comentarios

  1. Señor Jerry Lee, con sus textos pasa como con los refranes: siempre es un placer descubrirlos o recordarlos y aprender de ellos.
    ¡Gracias!

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