Ir al contenido principal

Coronavirus día 48 de Rock&roll

Coronavirus día 48



De Rock&roll

Los asuntos personales van resolviéndose aunque ya surgirán otros. Las gestiones empresariales se van cerrando con algún que otro interrogante. El volumen de demanda impropio de cualquier época se va solventado con incertidumbre. Creo en un discurso sereno, evitando exaltaciones enfebrecidas. Simplemente no me sientan bien. Incluso común bourbon en mano. 

A pesar de ir resolviendo trámites personales también, la duda futura sigue conmigo. Ir solucionando entuertos y cerrando oídos, con la salud mental necesaria, me permite conciliar sueño y dormir tranquilo. Hacía semanas no dormía de un tirón. 

La taquicardia de los tiempos con semblante derrotista es consigna de que los tiempos no cambiarán. El dinero será y seguirá siendo dueño y señor. La religión económica del capitalismo feroz será el ama de los confines terrenales. Más si cabe, cuando ya a su Santidad el Papa le conceden el beneficio de ser un simple ciudadano del mundo, más bien le rebajan. Colgados del oscuro interés de la censura que temen, cuando son censores de toda actitud contraria. Predicando con el ejemplo de la contradicción, pero evidenciando la fortaleza del poderoso y primando la supremacía  de su unidad. Flaco favor supongo. En ese apócope de exaltación desmedida de los crespones sin ninguna propuesta más práctica. O simplemente en la negación de cualquier propuesta. Lamento tanta negatividad y no quiero por eso defender ni justificar los errores de trazo gordo y los infantiles deslices de un gobierno abrumado. Comprendo que desde la barrera y sin alternativas todos lo haríamos mejor. 

Igualmente, la bajeza de politizar cualquier acción muestra que su única misión es bombardear a toda costa y a cualquier precio la voluntad popular de un simple agradecimiento. Veinticuatro horas tiene el día. Una de ellas dedicadas a los aplausos para el servicio público que tan buena labor realizan. Peticionan esas balconadas y ventanales para una cacerolada contra el gobierno. Me parece tan respetable como la anterior, pero designen otra hora  y no censuren una hora ya establecida por el conjunto de sociedad, de todo signo para con un gesto humano agradecer la humanidad del servicio público. Otra cuestión es, con aplausos no se alimentan las personas materialmente y que merecen una gratificación monetaria. También reivindiquemos dicha gratificación. Aunque imagino cuando pase toda esta algarabia, los partidos políticos se encargarán de ello. Y se verá los que con sus caretas se opondrán a un reconocimiento y a un potenciamiento de la sanidad. 

Y los ilusos seguiremos soñando. Como cuando mi añorado amigo PERIO y yo creíamos que el Rock&roll  salvaría al mundo. En nuestras correrías Trujillano huerteñas madrileñas con nuestra apostura de golfillos de buena fe creímos que el Rock&roll sería el futuro. Al menos sabemos que el Rock and roll ayudará a unos pocos a hacer de su ilusión un mundo mejor: Loquillo,Rebeldes, Rey Lui, 56 Hamburguesas, Gatos Locos, Tennesse, la Frontera, Gabinete, Jhonny Juerga, los Tornados, Desperados, Montana, Dinamita Pa los pollos, los Brioles, Nu niles, los Rosillos, D56, los Hurones, Duncan Dhu, Faraones, los Comotora, General Lee y tantos otros que faltan por mentar. 

Gracias al rock and roll que nos sigue dando fuerzas para sobrevivir. Por los valores entregados y las ganas de vivir en nuestro terreno acotado por las hordas  exaltadas. Prefiero seguir siendo un iluso pero hacer de mi pedazo de mundo un territorio mejor, pese a quien le pese. Con la actitud de un tipo que vive su canción sin egoísmo. Compartiendo su camino a quien guste de su compañía. 

En este aullido con fuerza y alimento rockero sigo alentando vuestro confinamiento queridos lectores. 


Día 48 30 de abril de 2020 

Comentarios

Entradas populares de este blog

“Buen deseo sea otorgado”.

En el silencio de la noche resuenan con alegría los cánticos de mi tierra. Y es ese recuerdo el que hace aflorar el sentimiento de la blanca navidad. Destellos y ráfagas de valores desgastados con el tiempo. Ajados por el desuso y el derrumbe de las buenas intenciones y los actos honestos, humildes consignas de una fe humana resquebrajada en los tiempos de fechas celebradas.  Por ello sana es la intención del buen deseo. Que no sea quimera como fiebre de vil metal. Costumbre cabal y querida la de una ilusión sentida año tras año al privilegio de la amistad sostenida en la vida. Al compromiso vital de hallar la estima y la Salud en carta cabal y en la fortuna dichosa de agradecer y sentir la vida cada día. Porque como la Navidad sea una plegaria constante en el nuevo año que te contempla.  Como diría el Papa Francisco: “No vivamos una fiesta falsa y comercial”. Complicado empeño aunque resuenen los cánticos de Mi Pueblo.  Feliz Navidad. Alma y aullido.   Ja...

Vetado.

Definitivo, no puede ser más claro. Cuando sopesas el hecho y crepitas con un no el oído del receptor, la consigna de enfado y decepción se convierte al instante en un perentorio objetivo sobre tú persona. El desafío es evidente. Pero tanto consentimiento cansa cuando se es presa de un continuo egoísmo que ignora el padecer de la primera persona.  A veces la empatía no debe ser unívoca. Debe constar como una bi dirección de entendimiento. Porque el veto negativo porque si tampoco tiene razón de ser.  15/09/21

Coronavirus día 34 Sara y el virus

Coronavirus. Día 34 “Sara y el virus” Como os dije ayer, un proyecto pretendía de nuestra colaboración. Presto confirmé la prestancia de mi intento. Sobre todo por la amistad que nos une. También como solvencia del Peter Pan que llevó dentro. Y que mi hija sea protagonista de unas aventuras pergueñadas por su padre y legado de la memoria. A la vez que impulsor de ciertos valores.  *el enlace  https://youtu.be/R9Nd0ME1r0Q os lleva al cuento oral. Posiblemente os guste más. Mis próximas colaboraciones en forma de cuentos podrán verse en  https://comunicabienestar.wordpress.com El cuento dice así.  La pequeña Sara en un día lluvioso miro por la ventana. Los cristales reflejaban tristeza. Y el ambiente era oscuro.  Al día siguiente la lluvia dejó las calles. Sara volvió a asomarse a la ventana. Con la cara expresó gestos claros. Un primero de asombro y sorpresa. Otro de duda. Acudió a su padre y le preguntó: Papá, papá. ¿Por qué el día es tris...