Coronavirus. Día 53
De testamento
Por desgracia los momentos complicados son el hule pringado en los que las moscas posan su podredumbre. Siempre pensé que la ironía ayuda a sobrellevar los tristes tempos.
Muchos lutos pueblan el recorrido sentimental español en estos meses. Como un acto de nudismo el hecho de constituir la asimilación de lo vivido conlleva la comprensión de la palabra muerte. Los finados cautos realizaron el inventario correspondiente para la realización de un testamento, conlleva un total abandono de la materia. En el caso de que haya bienes tangibles a los que ceñirse en futuro de abandono del cuerpo. Hágase la voluntad del que huye del mundo terrenal y aquí es donde surgen los problemas venideros. Por eso atención con su dote por si las moscas!!!. Dejen todo bien atado y no se dejen manipular. O quizás dejense y que ellos comprueben, verán verán. El caso de mi amigo Salustiano y de su tío Evaristo.
Todos recordamos o hemos tenido casos familiares en los que la gerencia de una herencia ha motivado enfrentamientos y de repente un cielo se ha llenado de buitres. Más feos y más inmisericordes que los buitres leonados o negros. Que al fin y al cabo hacen un bien al territorio que frecuentan y a la cadena alimenticia de la que ellos son uno de los últimos escalones. Pero el buitre humano que todos conocemos es harina de otro costal. Bicho al que hay que repudiar y extinguir.
Desde luego no puedo dar un calificativo al que de una manera dirigida y maliciosa permuta los pensamientos del enfermo y aprovechando los estertores últimos de su vida hacen que cambien el testamento horas antes de morir. Y luego digan que al menos se cumplió su voluntad. Eso le paso a mi pobre amigo Salustiano, según me contó vía videoconferencia. Que imaginación y autoengaño de subsuelo en las fronteras de una mente maligna cuando es la propia voluntad del buitre sin escrúpulo la que se cumple y no la del penado sin más.
Al tío de Salustiano, es decir, Evaristo, sólo se le conocía alguna dama de efectiva complacencia y otros escarceos en mansiones de pelaje lujoso y ocioso.
Es tal la inercia de la avaricia que la ansiedad del deseo voraz no se sacia nunca, según me dijo mi amigo sobre sus familiares colaterales.
En tal disertación de lisonja para llevarse oculto tesoro se encontraba su primo Jeremías, que embaucaron de forma elitista y efectista al bueno de Evaristo, próximo agraciado con su don de pedigüeño y halagüeño de embuste con finalidad suntuosa, ya estaba marcado y catalogado vilmente. El tío Evaristo, hombre de verbo fácil y con la complacida presencia del epicúreo en el espejo de la mañana. La presencia del manejo de su vida como un tipo con gusto esquisto. Elegante manera la de vivir inmerso en la dolce vita. Además de los ademanes de clase y donosura en el arte de la sociedad y la cultura, el tío Evaristo poseía dos casas. Un caserón que ejercía de primera vivienda, algo vieja y necesitada de algunas reparaciones. Otro apartamento en la isla de Ibiza refugió y juerga de los días de sonrisa abierta. Así pues, como hombre soltero poseía buen lote. Pero, sólo se le conocía alguna dama de efectiva complacencia y otros escarceos en mansiones de pelaje lujoso al don de la mítica Playboy.
Así pues el afecto de Jeremías se multiplicó como las lágrimas de cocodrilo en la faz de su juego de ilusionista. La lástima de sus cartas marcadas, del plumaje del farol de un móvil sin igual, en la conciencia del hombre de buena fe. Jeremías logró envenenar el alma de su tío y enemistarlo del resto de sus sobrinos. Contrarió su alma el tío Evaristo y el embuste era la misma mirada que gastaba en la conciencia de Jeremías.
Así es que el descrédito hacia el resto de los que un día le quisieron y velaron por su bien, hizo de ellos transformarse en nombres olvidados.
Hace dos meses el tío Evaristo murió. Corrieron al notario y certificaron sus últimas voluntades con la sonrisa de un pícaro en celo de orgasmo satisfecho.
El notario leyó las últimas voluntades que venían a decir:
"No me iré mañana sin el placer de dejar las envolturas de los hechos y la pretendida materia asistida en un verbo sin igual para no olvidar. No me iré mañana sin enmendar mi error. No me iré mañana sin agradecer lo vivido con intensidad. No me iré mañana sin reírme de los buitres que siempre odie. Por eso haganse cargo de las deudas innumerables que tengo"
Así Jeremías, violentó la ira y maldijo la suerte de su mezquindad.
Me alegro por mi amigo Salustiano esta gran historia de vodevil. Con su enseñanza impresa: Libérense de los lisonjeros sin causa aparente. Y escriban una carta que les absuelva de todo mal. Quedarán satisfechos de la plenitud del alma y su conciencia.
Tristemente a pesar de la ironía los nombres recordados siguen faltando. Hace unos días una amiga familiar, íntima de mi madre. MARI Luz, echaremos de menos tu alegría y bondad. Un hogar en el pueblo de bellos recuerdos.
Otra pérdida, la de mi amiga Luz, christian se despidió joven, causas y hechos por hacer, generoso su carácter y abrigo de mi amiga.
Que las razones perdidas sirvan para dar fuerza a nuestro aullido poderoso.
Día 5 mayo de 2020
Señor Jerry Lee, buen consejo el de dejar atado todo antes del «gran viaje». Gracias.
ResponderEliminarPor otra parte, siento mucho las pérdidas que nos comenta. Descansen en paz.
Muchas gracias por el consejo escrito, hay que vivir el presente, el futuro no existe y si mueres ... ya sabes como sigue... El muerto al hoyo y ....
ResponderEliminarSiento mucho tu pérdida y en estas situaciones más aún por los inconvenientes. Un abrazo lleno de energía para remontar este confinamiento, que algunos quieren boicotear por un bien individual sin pensar que la única solución es colectiva y grupal.