Coronavirus. Día 71
De alter ego y mito
Respiro profundamente y la visión se ciega. La calma y el trinar de los pájaros rodean mi estado. Mientras afianzo los motivos y la cotidianidad de mis actos. A través del silencio derivo en la profundidad del pensamiento.
Hay una canción de Revolver titulada "Odio". El autor, Carlos Goñi, se dedica a enunciar ciertas actitudes y cosas que le molestaban de sus conciudadanos. Como todos, con una meridiana vocación de supervivientes,nos irritan hechos o arrojos. Paso a mencionar uno que me solivianta de sobremanera.
Hay ciertos tipos que presuponen y juzgan. A mi, el mero hecho de presuponer me trae al pairo. De hecho, siempre dije, desde mi mozos años, que la gente hablase de uno. Ya sea para bien o para mal. Es una mera circunstancia para saber y sentirse vivo. Una manera licita de vivir en sociedad. Una actitud marcada a carta cabal. Pero hay un limite que realmente me crispa.
Cuando, de una manera libidinosa y sibilina, tratan de blasfemar e injuriar a raíz de unas poses, unas imágenes, actitudes o simples hechos que ayudan a crear un mito. Aunque, he de decir que lo del mito, trasciende como cualquier viva imagen mitificada de los astros de rock, de literatura o cine.
Lo que realmente me enerva de esas imágenes distorsionadas que crean es la mala fe dirigida. Algunas, con dosis ciertas, pero con un esperpento de exageración. Otras, casuística amable de unas risas hechas. Pero otras, las que hacen de su mito una condena del hombre. Arrostrando cualquier buena intención y cerciorandola de una cadena culposa. Como culpable de un delito sin igual. Ya sabemos que, muchos tienden a sacar ascuas de un silencio desolador. Y ese respeto cae fulminado en una hoguera de vanidades falaces. Quemando o al menos intentándolo, al nombre del hombre que origina el equívoco. Pero es esa ansia de maldad la que critico. Esa transmisión a través de atlateres o marionetas, que carecen de un sentido vital, con cierta hombría y lealtad de ultimo caballero. Y ese que, con gallarda maldad y estulticia, aparta y anula al hombre que construyó el mito tiene mi reprobación y la pena capital de la envidia por siempre jamás.
Por lo demás, siempre ilusiona mantener una conversación entre la persona y el mito. Entre la reflexión de la realidad y de la posibilidad. Entre mi yo y mi alter. Per se, es la constancia de un futuro incierto. Me mirare en el espejo para volver a peinar mis entradas en el reflejo del tupe del mito que me asiste.
Con la viveza del color que se refleja en mis pupilas, mastico tierra y con orgullo satisfecho lanzo mi aullido al aire libertario.
Día 71. 23 de mayo de 2020
Señor Jerry Lee, ya me tiene ganado con sus artículos, pero, si lo abre con una canción de mi también admirado Carlos Goñi (Revólver) y lo cierra con una foto tan encantadora como la que ha publicado, caigo rendido.
ResponderEliminar¡Gracias!