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Coronavirus día 75 de valor de rock and roll

Coronavirus día 75



De valor de rock and roll


En la virtud de otro trago más y con la calada repuntando al alma, los apuntes de rock and roll son la justa causa de mi mirada vital. Con la pose cierta de una justa causa y los valores dados, una canción retumba en la piel de la noche. Mañana volveré y mi mirada no será la misma. 

En este acontecer diario las experiencias vividas son intensas. Gracias al rock and roll aprendí a ver la vida como la veo, con la intensidad de disfrutar del momento. Abrazar a aquellos hermanos de sangre que te dan el confort necesario. Aprendí a valorar cada paso dado y el canalla que llevo dentro disfruta de la risa y la ironía sana, de buena fe. Consentí los tragos amargos con la certeza de los golpes en la mandíbula. Sabiendo que la vida es una zorra traidora, pero necesario su misterio para sorber la libido y la esencia misma. Cautivado de las presencias y de los tipos legales que conservan cartas marcadas pero sólo juegan a carta cabal. No hay jugada sin que el destino cabrón certifique su final. En esta explosión de vivencia y lodo hemos compuesto los días, meses de nuestro encierro. 

El rock and roll se cruzó en mi camino y el corazón marcó. Pero a veces, mi exceso de diplomacia me pierde. La afirmativa respuesta me condena y las ganas de mandar al carajo se apoderan con voz callada. El tiempo que ha marcado el acontecer a fuerza de hierro candente nos ha enseñado muchas lecciones. A nivel general muchas no valdrán para nada. Otras, a nivel privado si. 

Sorpresas positivas nos ha dado, por supuesto. Y como el rock and roll soy un tipo de cada vez menos amistades, pero de larga duración. Una condena, hasta el final de mis días, la lealtad de mis intenciones. Pero, tras lo vivido, las relaciones posiblemente, muchas han variado, unas para bien y otras para mal. Como a todos, yo habré  decepcionado a algunas personas. Pero es, lo que tiene la valentía de exponerse, con la crudeza y la desnudez de la palabra. Tampoco quise cautivar a nadie y solo que mis escritos pudieran acompañar a quien los precisase. No quería que nadie comulgase con mis principios ni que nadie me insultara, ni atacase con el verbo encendido. Ni que el odio, pudiera mutilar años de amistad o días de presentación. Como tampoco quise bombardeo político cruzando la línea sin preguntar cómo están los tuyos. Quizás el no invitar a una misma idea conlleve el despiste, la despreocupada preocupación del interés por tu cercanía y por los que supuestamente son personas importantes o lo han sido en tu vida. Quizás, eso sea lo más triste. Dar valor prioritario a la política para lo personal encausado en el corazón dejarlo en suspenso. Por eso, he intentado dar prioridad a lo sentimental antes que cualquier otra egoísta postura. 
Doblegando al que solo llama por interés sin importar un como estas. Tahures de ocio y gañanes con trampas enfrascadas en las frases dadas. Silentes ya, los que con los altavoces a todo volumen y con el sonido de los cencerros hacían perecer la tranquilidad del envite. 

Por eso, me quedo con los buenos momentos. Los pasados y los que vendrán. Agradeciendo nuevos encuentros virtuales y a las personas que me han demostrado afinidad con los valores humanos, privándolos del efecto mercantil y del taimado regusto del poder. En eso no he cambiado. Y como siempre, ahora con más razón, no iré por encima de mis posibilidades: ni humana, afectiva, ni económicamente. Para poder tener una pequeña despensa llena, en caso de venir mal dadas. Y así no implorar a nadie por mi mala y egoísta cabeza. 


Sea el aullido por los buenos tiempos y un brindis de desprecio para el que no abrace el lado humano de los suyos. Siete calaveras vigilan tu perdón, siete calaveras en busca de rock and roll. 


Día 75. Día 27 de mayo de 2020

Comentarios

  1. Buena colección de discos, señor Jerry Lee, y buen (como es habitual, por otra parte) texto.
    ¡Gracias! Que el «rock'n'roll» no deje de sonar en su alma.

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  2. Estoy contigo:siempre es mejor dar prioridad a lo sentimental, en todos los ámbitos, y "Por los buenos tiempos" canté y seguiré cantando, siempre con emoción.

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  3. Muchas gracias y un abrazo... Seguimos con fuerza y con responsabilidad cívica

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