Temo el tiempo que vendrá por el odio que se impondrá. Temo la distancia social física y psicológica que nos distanciará. Temo el amor al prójimo viciado por el interés del peculio en consigna sanitaria. Temo que los valores no se vean realizados. Temo porque los rayos de Sol no lleguen. Temo los lunes de nueva realidad de los días en presente continuo. Temo que el temor se olvide devorado por el ego y el individualismo. Temo la incomprensión de una nueva cotidianidad. Temo no saber enfrentarme a la arrogancia y a la post pandemia de los insolentes. Temo la fragilidad de la amistad y el corazón. Temo la disyuntiva del ruido y la esquizofrenia. Aunque atisbos de esperanza quedan como el acuerdo del congreso por el salario mínimo vital, la ley contra la violencia infantil y la retirada de las condecoraciones contra los torturadores. Aunque temo que muchos no estarán de acuerdo con estos avances. Seguirá el avance de la doble moral, el puritanismo para uso público pero no privado y el autoritarismo sectario.
Temo por tanto la violencia verbal a través de redes y medios, de whatsapp y mensajes directos por mi afirmación. Y eso será triste, no la opinión contraria, sino la violencia con la que lo ejercerán. Como si la virulencia fuera acicate de razón. Verdad única y unívoca. Al menos la democracia votó mayoritariamente con los colores que la pueblan. Palabra constitucional. Eso es lo importante. Y la Salud principalmente.
Valga mi aullido para vencer al miedo. Que el temor no acogote nuestra voz.
Día 94 15 de junio de 2020
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Kerouac97@hotmail.com
En una ocasión, señor Jerry Lee, leí que el coraje no es la ausencia de miedo, sino la voluntad de superarlo.
ResponderEliminarSé que, tal y como cualquiera puede concluir tras leer sus artículos, no sólo vencerá esos temores que hoy nos anuncia, sino que además logrará guiarnos con su sereno aullido.
Gracias un día más por otro de sus artículos, que tanto bien y compañía nos siguen ofreciendo.
¡Cuídese y no deje de aullar!