Subo de la calle, la brisa suave despierta recuerdos y la sensación de bienestar contrasta con ciertas inquietudes asimiladas.
Hoy, tal vez, la melancolía me haya hecho ver que, muchas veces a lo largo de nuestra existencia, aunque la vida es una asociación lineal con un esquema predestinado, existen circunstancias o momentos cíclicos que se repiten alguna vez. La sensación de alguno de mis años universitarios, en los que algún curso tuve turno de tarde, la he repetido estos últimos días en las mañanas de mi vivencia. Más, haciendo el experimento de servirme de acompañamiento de la música de aquel tiempo. Sustituyendo a Tobi por Donna. Añadiendo a la ecuación a Sara. Pero las sensaciones pudieran ser equivalentes. Mis padre trabajando y mi madre en alguna de sus muchas actividades allende los años. Mar en su oficio cotidiano en las mañanas del presente.
Ciertas conductas o acciones pudieran recordar. Como un deja vu que volviera a atisbar la querencia de las emociones. Aunque con menos intensidad y tiempo, los paseos por el parque, las lecturas necesarias, los pensamientos departidos y cierta soledad pretendida. Degustando la Libertad de un tiempo para uno mismo, aunque con la necesidad de mezclarlo con las dosis de meditación y dudas. Asimilando los conceptos del crecimiento y los reveses encontrados. Agradeciendo el reencuentro con emociones de juvenil recuerdo. Reflejo del libro que está acompañando esta semana última, “el guardián entre el centeno”, de Salinger. No llegando a la obra “en el camino” de mi admirado Kerouac que leía en aquellos días. Pero, podría acentuar dicha sensación cíclica de la que hablo y he experimentado.
Como ciclos que se repiten, pronto los días volverán a la normalidad necesaria. Y caerá este paréntesis de confinamiento. Aunque la vuelta no me motive demasiado, por la anormalidad que creo percutirá en la sociedad. No preciso volver al rebaño pero la necesidad económica para afrontar gastos será el acicate para volver a encadenarme.
Como también los ejemplos de Salinger y, en caso español, Sanchez Ferlosio sean paradigmas cuasi parecidos, me bastasen para confrontar al ser escéptico que habito.
Quedan ya pocos aullidos de esta aventura. Que la gracia de la ventura sea regalo de vida.
Coronavirus día 98. 19 de junio de 2020
Señor Jerry Lee, que queden pocos aullidos de esta aventura, pero no deje de aullar en las que la seguirán.
ResponderEliminarCon esa ilusión, energía y casi impaciencia habituales de los tiempos que rememora en su artículo (por cierto, me ha encantado) afrontemos los que vendrán.
¡Gracias!