Imposible: palabra no permitida.
Conceptualmente no asimilaba la determinación altanera. El desplante orgulloso de esta palabra con el común de los mortales.
Pero él, lamentablemente no estaba dispuesto a asumir dicho significado del vocablo. Sabía que originaba disgustos. Maquillaba la estulticia y remarcaba la tenacidad de su carácter. Era tan vanidoso que había tachado la palabra de su diccionario heredado de sus padres que, con tanto cariño guardaba y conservaba en los anaqueles de los libros Vips, como le gustaba nombrar los. No eran incunables pero si ejemplares, muchos de ellos antiquísimos, que tenían un inmenso valor sentimental.
Entre sus favoritos el diccionario mencionado. Pero no me desviare del asunto. Otro día pormenorizare los títulos de los estantes. El caso es, la obsesión de sus desvelos. El trauma de su mente, la palabra imposible fue tachada hábilmente y de una manera limpia de su querido diccionario.
Obcecado estaba en la inquietud de su pensamiento que iba perdiendo fuerza, lamentando dar su brazo a torcer.
Su ingenio de brotes constantes parecía agotado. El consumo de su tiempo hacia de él un depresivo de gesto huidizo. Al igual que las ideas, los argumentos, las palabras que formaban el esqueleto y vestían la estructura.
Cansinamente se reprochaba. Vertía su culpa y reiteraba la palabra imposible. Repetía con fruición. Anestesiando el raciocinio y alejandole a un mundo irreal. Busco la trama de la bebida. Paso por las drogas y su desconsuelo fue mayor. Imposible.
Que fatal destino el del artista sin nada que decir. Sin mostrar absolutamente nada que satisfaga su vanidad. Que pereza tormentosa sucumbir al letargo del reposo creativo y asesinar la posibilidad constante del creador. Y su muerte el olvido del que siempre creyó huir.
Imposible.
Fco Javier Fresneda
23 de Enero 2012
Conceptualmente no asimilaba la determinación altanera. El desplante orgulloso de esta palabra con el común de los mortales.
Pero él, lamentablemente no estaba dispuesto a asumir dicho significado del vocablo. Sabía que originaba disgustos. Maquillaba la estulticia y remarcaba la tenacidad de su carácter. Era tan vanidoso que había tachado la palabra de su diccionario heredado de sus padres que, con tanto cariño guardaba y conservaba en los anaqueles de los libros Vips, como le gustaba nombrar los. No eran incunables pero si ejemplares, muchos de ellos antiquísimos, que tenían un inmenso valor sentimental.
Entre sus favoritos el diccionario mencionado. Pero no me desviare del asunto. Otro día pormenorizare los títulos de los estantes. El caso es, la obsesión de sus desvelos. El trauma de su mente, la palabra imposible fue tachada hábilmente y de una manera limpia de su querido diccionario.
Obcecado estaba en la inquietud de su pensamiento que iba perdiendo fuerza, lamentando dar su brazo a torcer.
Su ingenio de brotes constantes parecía agotado. El consumo de su tiempo hacia de él un depresivo de gesto huidizo. Al igual que las ideas, los argumentos, las palabras que formaban el esqueleto y vestían la estructura.
Cansinamente se reprochaba. Vertía su culpa y reiteraba la palabra imposible. Repetía con fruición. Anestesiando el raciocinio y alejandole a un mundo irreal. Busco la trama de la bebida. Paso por las drogas y su desconsuelo fue mayor. Imposible.
Que fatal destino el del artista sin nada que decir. Sin mostrar absolutamente nada que satisfaga su vanidad. Que pereza tormentosa sucumbir al letargo del reposo creativo y asesinar la posibilidad constante del creador. Y su muerte el olvido del que siempre creyó huir.
Imposible.
Fco Javier Fresneda
23 de Enero 2012
MUY AMENO Y EXPRESIVO!!ME GUSTA!
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