Ir al contenido principal

"No al ingrato caradura".

"No al ingrato caradura".

Cuestión es no aprender la indiferencia de la gratitud. Pero siempre que regalo un "si" salgo mal parado en asuntos que ni siquiera me importan y por gente que le importo un bledo. Así pues, remitanme los reproches que mis espalderas son anchas y la cruz de mis pecados la culpabilidad de sus rostros.  Cara que bulle lo que no debe y lo que le interesa lo esconde. Flaco favor había en su persona como un verso sin corazón y un epíteto sin razón de ser. Que florezca la pena no será motivo de la excusa y el don otorgado será meticulosamente observado, con la lupa que flagela la ingratitud de sus motivos. Porque nada os debo y a nadie debo servir. Sólo  se, de las agujas de la conspiración en la reseca piel del pedigüeño que olvida y no perdona un solo desliz o la respuesta negativa hacia su persona trocada de picaresca en la sola culpa de su admonitoria presencia. Maldita esencia del pedigüeño que no disimula la segura aseveración de la supervivencia caiga quien caiga. En un relativo juego personal que será el detonante de mi negación absoluta. En un juego de cobardía y de frases teledirigidas sin tener la valentía de enfrentarse cara a cara con la transición del problema en la esencia de mi persona. Su cobardía es tal que no se atreven a un careo. Y cuando es su beneficio el premiado el silencio es consigna y olvido. Como si fuera una obligación mi favor. Por ello me irrita la gente cobarde que no da la cara. Tachen mi verbo de incendiario y voltearé cualquier respeto hacia sus pronombres. No hay gnosis errónea más evidente que la estulticia consentida. Quiebren pues las aristas de mi nombre pero jamás tengan la suficiencia moral de consentirme un favor, ni osen peticionar tamaño gesto. Esa osadía será compensada con un NO. Por favor no tengan rostro y pongan nombre a su nombre en la frontera del mío. No silencien la gallardía y que su acto de reproche se quiebre en la verdad osada porque perderán. Yo simplemente contemplaré la ruina de las lecciones que se dieron, siendo cómplice el viento con las hojas que se perdieron en el holocausto. Por eso, siempre conmino al diálogo y que el lado del embudo no siempre el más anchó pertenezca al caradura, al pícaro o al buscador de subsidios sin más. 

Concluyo ya, porque lo mejor de todo es que mi conciencia está tranquila.

JaviJerryLee®enero2014. Día 21

Foto realizada por mi amigo Isidro Pino. 

Comentarios

  1. Impresionante e inspiradora, tanto la redacción como la fotografía. ¡Enhorabuena! Intentaré seguir las enseñanzas que descubro en tu texto… y espero algún día poder ver el paisaje tan alucinante de la imagen :-).

    ResponderEliminar
  2. Un acto cotidiano en mi vida laboral me inspiro. Brotando como en la naturaleza un impulso inesperado. Me alegra tu opinión y espero podamos hacer una excursión a mi querida tierra extremeña pronto.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

“Buen deseo sea otorgado”.

En el silencio de la noche resuenan con alegría los cánticos de mi tierra. Y es ese recuerdo el que hace aflorar el sentimiento de la blanca navidad. Destellos y ráfagas de valores desgastados con el tiempo. Ajados por el desuso y el derrumbe de las buenas intenciones y los actos honestos, humildes consignas de una fe humana resquebrajada en los tiempos de fechas celebradas.  Por ello sana es la intención del buen deseo. Que no sea quimera como fiebre de vil metal. Costumbre cabal y querida la de una ilusión sentida año tras año al privilegio de la amistad sostenida en la vida. Al compromiso vital de hallar la estima y la Salud en carta cabal y en la fortuna dichosa de agradecer y sentir la vida cada día. Porque como la Navidad sea una plegaria constante en el nuevo año que te contempla.  Como diría el Papa Francisco: “No vivamos una fiesta falsa y comercial”. Complicado empeño aunque resuenen los cánticos de Mi Pueblo.  Feliz Navidad. Alma y aullido.   Ja...

¿Y a ti, qué te han “echao” los Reyes?

Artículo publicado el diario digital La Opinión de Trujillo el 14/01/2013 Afrenta de fiebre, discurso de sábana y sudor. Así he estado hoy, con la cuita de la dama y la gripe ahogándose en los efluvios de los minutos transcurridos. Es el frío que llegó y aventó mis huesos. Es el pronombre enfermo de la humedad en las casas vacías. Son los Reyes Magos de mi pueblo que me regalaron la gripe a pesar de braseros y estufas, de calefacciones eléctricas que no calientan nada más que las facturas de los que pagan. Y así, la paja de mi cuerpo se heló en el frío interno que, por fin, me postró en cama un domingo de enero. En esta situación reviví una situación de días pasados. Un viejo amigo me encontré en la tertulia de un café. Javi Jerry Lee, al que conocí allá por el año 87 u 88 y desde entonces acompaña los pasos de mi vida, con mayor o menor intensidad. Pues bien, después del intercambio de saludos y de puesta al día de lo que ya conocimos, se aprestó a criticar plausiblemente cierta...

"Que nos pongan a Loquillo!!" Parte Primera.

!!Qué nos pongan a Loquillo !!", era nuestro grito de guerra. Nuestro lema en tiempos de adolescencia de rebeldes por descubrir. Cada vez que estábamos en un garito y la esencia de la noche se había transmitido a nuestra labia y, para que no decayese el pulso del rock and roll gritábamos la consigna. Era un aliento de vida y esperanza. Una noche eterna de felicidad compartida. Todos juntos al sonido del viejo cadillac solitario. Un himno del que todos nos creímos héroes. Arropados en un abrazo al desamor o a cualquier desventura de jóvenes airados. Canciones que compartíamos vivíamos y aprendimos a crecer con ellas. El otro día sueño de agosto se hizo realidad. El marco como diría el tópico ideal, el castillo de Trujillo. Pero el marco espacio temporal fue más real todavía horas antes. Como cualquier tipo que vive su canción las tareas de la cotidianidad no hay que olvidarlas. Sábado mañanero de bombona y carrito. De compras y aseveración mundana de recados varios. Term...