Coronavirus 17
Domingo. Caen los días con mayor rapidez. Anda sus horas y en acertado despertar suena el himno de la alegría de Miguel Ríos. Nueva utopía acertada al bofetón de la realidad.
Occidente y su arrogancia. El hombre en su pedestal supremo. Europa al completo ha desatendido su vulnerabilidad evidente. Algo que se planteó desde los ataques del Ántrax en el año 2001. Sobre el papel, como con el cambio climático, pensaron en hacer algo. Papel mojado sobre los egos de la indiferencia. Un broche de hojalata para lavar conciencias, sólo se preocuparon en plasmar su posibilidad. Así en terco disparate sufrimos la arrogancia humana y el desliz.
Si algún país estuviera gestionando bien la crisis del coronavirus, tendrían que compartir su conocimiento. Una red tejida de solidaridad y no de despropósito. De despreció. Como inmigrantes arrojados, como leprosos deshechos. Puede que los comunes mortales cambiemos nuestra percepción cotidiana. Nuestra condición humana y mortal. Pero me temo que, para las clases políticas seguiremos siendo simples votos que satisfacen sus ansias de poder y notoriedad. Los países son competidores ahora de, un nuevo mercado. Parece una carrera, pero en vez de armamentista, farmacéutica. Siendo cobayas de sus ansias capitales.
Pero, para carrera nuestro domingo. Con la música de fondo que calme espíritu, Luis Eduardo Aute e Hilario Camacho en ambos conciertos para Radio 3 del año 1975. Acompañando a nuestros juegos infantiles, a nuestro correr en famélico espacio para dicho entorno. Aunque agradezco nuestros metros cuadrados. Nuestro ventanal, asomados al cristal: Sara, Donna y yo, limpiándonos de oscuridad. Iluminando nuestra esperanza.
Asertivo Caballero Bonald: “en vano recorremos la distancia que queda entre las últimas sospechas de estar solo, ya convictos acaso de esa interina realidad que avala siempre el trámite del sueño”.
Variación de aperitivo en el bar del salón de nuestro Ok Corral particular. Aperitivos compartidos a través del ingenio tecnológico. Varios amigos conectados, echándonos unas risas como antaño, como antídoto a estos campos minados de realidad. Lazos de unión a través de la distancia. Aunque Trujillo y Huertas de Animas estén ya indelebles e imborrables en mi corazón. Sirvan pues para conectar con causas perdidas, con sonrisas compartidas, con puyas de buena intención, con cariños amables y con los te quiero, aprecios y sentimientos que nos corroen.
Después vino la tarde de partida. Conectamos a través de las redes con Ismael y con su mujer, dando un concierto para niños. Agradecido también por otra posibilidad más. Y es que las redes también sirven para compartir los valores esenciales. No solo para hacernos temerosos de los designios De Dios o del pecado del hombre inabarcable.
No entro en otros detalles del día. Solamente quería resaltar la importancia de la comunicación entre nosotros y el exterior. Por la noche responderé algún correo y whatsapp. Nuestro ánimo seguirá con vosotros. Reseñar hoy, una hora no ha dispuesto luto y ha dado más luz a nuestros días. A la hora de la cita podemos ver mejor a nuestros compañeros de batalla. Y entre aplausos y gritos, tenemos tiempo para saludar y animar al desconocido, e incluso citarle con un hasta mañana. Seguiremos luchando.
Sigan resistiendo, por favor. Sigan bien. Que la luna azul sea nuestra consejera y protectora del aullido. El Nuestro, poderoso, debe resistir unido.
Día 17 29 de marzo de 2020
Si consideran este artículo de su interés no duden en compartirlo.
Kerouac97@hotmail.com
Hoy, además de disfrutar la lectura de su texto, me llevo ideas para amenizar mi cuarentena.
ResponderEliminar¡Gracias, señor Jerry Lee!
Mucho animo¡¡
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