Coronavirus 18
Esta mañana llueve. Frío al rostro y limpieza ambiental. Pero, nunca llueve a gusto de todos. Tampoco la manera que cae la lluvia es idónea para cada pupila. Infructuoso es el cristal o la moneda. Siempre hay una cara y una cruz. Espejito mágico dime quien es la más hermosa. Lluvia de mañana, aséptico verbo que limpia superficie y mente.
Es claro efecto, imposible contentar a todos y más en los momentos coléricos a los que asistimos. Cierto partido político no ve bien los dones de determinados empresarios, sus razones tendrán. Pero la forma insultante y ególatra me indigna. No me consuela su sentencia desmedida. Agradezco las donaciones necesarias. Aunque podemos achacar el porcentaje que desgrava en la hacienda pública. Como los Ertes necesarios que tiene que imponer en sus negocios que, tendremos que pagar todos los españoles. Pero como digo, el acto de la donación me parece loable. Lo que no comprendo es que si se hace tal acto desprendido, debería ser anónimo a los medios. Sin publicidad gratuita que considero innecesaria. No olvidemos cierta humildad es necesaria en grandes fortunas. Cuando venimos, nada tenemos y al irnos polvo seremos.
Por eso ayer, quise ser tan aséptico como pudiera ser. No encendí la televisión en todo el día, apenas enlacé con las redes sociales. No quise enturbiar mi mente con tanto faltón que, nada más sabe decir epítetos que no sostienen nada. Si al menos, tuvieran capacidad de sorprender construyendo. Aportando ideas, mostrando hechos. Así pues, limpie mis aposentos de polvo y barro.
Aunque si, se me hizo complicado el cambio horario. La hora desaparecida me hizo perder paciencia e incluso afloró cierta irascibilidad interna. Sara se descompensó. Ubicada en la razón de un confinamiento, pero desbocada en la sinrazón de una hora perdida en nuestros bolsillos. Sin contabilizar más en lo que pudo haber sido. Afloran los días y la percepción de los estados de animo varían. Se complica el sueño y me desespero. Noto cierto cansancio y me falta cierta paciencia. Característica que siempre he mostrado como virtud. Me abrace a la noche para relajar mente y ansiedad. Tome infusión de tila y me prepare dos discos para degustar que me ayudarían. En efecto, su efecto fue positivo. Llame al sueño por su nombre y temprano, en lo que es habitual en mi, marche al catre. Después, me desvele y una pesadilla sacudió mi mente. Nunca suelo recordar los sueños. Esta vez si, invoque a mi padre en sueño extraño y para colmo salí mal parado. Espero haya desinfectado cualquier anomalía interna.
Quizás esta noche vuelva a recurrir a las voces de Sade y de Jackson Browne.
Hoy seguro hago limpia en casa, algún estorbo encontraré que sea invitado a salir. Espero no paguen justos por pecadores. Y así volver al aullido poderoso que mostrar a la luna azul. Protectora de nuestro devenir unido.
Día 18 30 de marzo de 2020
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Kerouac97@hotmail.com
Descuide, señor Jerry Lee, porque tras tantos días de cuarentena es normal que la impaciencia y el hastío se presenten.
ResponderEliminarSiga con sus remedios musicales para despedirlos por la noche y comience así con ánimo la nueva mañana.
Yo continuaré leyendo sus textos para mantener la serenidad. ¡Gracias!
Ojalá no lloviese y hiciese calor para matar a este virus tanto daño está haciendo¡¡ hay lo dejó
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