“El coronavirus nos hará ver”
Ni los ojos de Bette Davis ni la opulencia de una diva, nos harían vivir una época histórica. Serán días o meses en los que el ser humano tenga la posibilidad de reencontrarse con los valores primigenios. Cimentando el altruismo y la generosidad, la responsabilidad cívica para ganar el equilibrio saludable.
Aunque de momento, ciertos brotes de irresponsabilidad me hacen dudar de la apreciación deseada.
Actos como el de los políticos contagiados en la última semana y que, ajenos a los consejos de los especialistas y científicos se pusieron al mundo por montera y prosiguieron inflándose de ego. Siempre he dicho que los extremos son malos. El ejemplo, lo hemos podido ver en la ministra Irene Montero, de Podemos y en Ortega Smith, parlamentario de Vox. Tanto uno como otro demuestran la falta de credibilidad de los postulados de los partidos que representan. Una, por su lucha de igualdad y representar a la mujer moderna, ha puesto en riesgo a sus conciudadanas, olvidando o despreciando cualquier peligro, con una actitud de adolescente irreflexiva y egoísta. Otro, por su lado, demostrando que es mejor cerrar la boca a la arrogancia y al desdén. Desde las ínfulas de con la España Viva no podrán y los inmigrantes son los culpables de traernos enfermedades, castigando en sus discursos la que será la heroína de esta guerra contra el virus: la sanidad pública.
Pero, a pesar de ello, creo se van coordinando él gobiernos con las autonomías que tienen encomendado la gestión de la sanidad. Ahora, es necesario dejar a un lado los reproches y como Fuenteovejuna, ir todos a una.
Estos últimos días he abandonado la costumbre del transporte público y he caminado por la almendra Central madrileña, como una recordada recoleta ciudad de trato amable y sencillo. Las calles a medida que los días pasaban se vaciaban. El silencio del presagio. El Run Run del culpable. El misterio en los ojos que te observan. Mientras el recuerdo de todo el mundo que aprecio y quiero. Aunque yo pase por épocas de a sociabilidad y cada vez me guste más compartir mi tiempo con mi perra que con muchos congéneres de dos piernas. No me gustaría llenar de olvidos los días. Recuperando tras la cuarentena todos los amigos, conocidos, enemigos y demás gentío importante en mi vida.
De momento dejo aquí el comienzo de la cuenta atrás. Mañana día 1 de encierro voluntario. Una vez cerrada la empresa y decretado el estado de alarma.
Día 13 de marzo de 2020
Hay que quedarse en casa¡¡
ResponderEliminarBuen conciansiamiento de las cosas para que algunos podamos desistir de pasar desapercibidos de la vida.
ResponderEliminarMuchas gracias y nos veremos al acabar este encierro obligado. Un abrazo fuerte y un lameton para tu compañera perruna. Espero y deseo que esta situación nos haga reflexionar y no estigmatizar a ningún ser humano sea cual sea su raza y origen. Que nos sirva para el futuro que la lejanía de un conflicto o una epidemia no nos exime de responsabilidad y humanidad.
ResponderEliminar«Ahora, es necesario dejar a un lado los reproches y como Fuenteovejuna, ir todos a una». Más claro y cierto, imposible, señor Jerry Lee.
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