Coronavirus día 60
De Antonio Vega y la película.
Una película muestra la grandeza y la villanía humana. Extrapolando a la realidad, siguen quejándose los que no deberían. Y a los que debería oírse siguen callados. No es más sabio el que más habla sino el que calla y escucha. El paseo nocturno con Donna reafirma y confirma la sospechas.
Anoche fui al cine. Dispusimos el salón de casa y nos embarcamos en un drama. Basada en la novela de Markus Zusak "La ladrona de libros", cuenta la historia de Liesel Memminger, una niña de 9 años adoptada por una familia obrera alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Ayudada por su padre adoptivo, la joven aprende a leer y compartir libros con Rudy y Max, un hombre judío que vive escondido en su hogar. Pero el partido de Hitler es muy poderoso y cada vez son más los adeptos que se unen a su causa. La niña logra distraerse de los bombardeos con la lectura de las novelas que roba, sin embargo, será la historia que ella misma está escribiendo la que le salve la vida.
El narrador omnisciente, que representa al Ángel de la Muerte, nos muestra la desventurada tragedia de la púber y su relación con la humanidad. En tiempos asesinos de famélico disfraz, las fases de degradación del hombre se yuxtaponen con la inocencia de una mirada frágil e inexperta. Que solventará su pena a través de la salvaguarda de las palabras y su verbo florido por las dramáticas experiencias.
Una vez concluida la sesión dispuse del paseo nocturno a la una de la madrugada. Dueña y señora de mi amistad desde tiempos juveniles. Consorte del pensamiento y compañía solitaria de mis pagos. Recurso necesario en tiempos de cólera para buscar la meditación y la calma. Rejuvenecido por el paseo con Donna suelta asentí la causa y no quise imaginarnos como en una guerra en bombardeo constante y derribados, no solo por el enemigo exterior sino por los censores y racistas censores de la patria.
Con la sonrisa de ganador no me iré mañana en esta lucha de gigantes, el sitio de mi recreo antes que salga el sol, esperando nada, se dejaba llevar por ti. Atrás la chica de ayer con los relojes en la oscuridad, sin el juego sucio buscó elixir de juventud.
En una décima de segundo me quedo contigo, aunque mi hogar en cualquier sitio. Lleno de papel tuve que correr como ángel caído a mi habitación, con palabras y un murmullo de tus manos como anatomía de una ola, como la lluvia al sol.
A medio camino un océano de sol se dejaba llevar. En las estaciones a trabajos forzados de seda y hierro mientras te soñé háblame a los ojos.
Hoy Antonio Vega me ha despertado.
Sea el aullido a los indefensos y con Antonio la sensibilidad para afrontar la ruina. Y como una ladrona de libros escape de la penitencia de su drama.
Día 60 12 de mayo de 2020
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Kerouac97@hotmail.com
me gustó.
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